El Tribunal Penal Nº 1 de Eldorado aplicó el beneficio de la duda y decidió absolver a Severo Mendoza del delito de "abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el uso de arma", contra una niña de 7 años.
El sujeto estuvo detenido más de dos años. Los jueces le otorgaron el beneficio de la duda. El caso salió a la luz en agosto de 2016, cuando la madre de una alumna que asistía a la escuela primaria Nº 129 denunció que su hija había sido abusada por el portero del colegio, en los baños de la institución, y a punta de cuchillo en varias oportunidades.
Según la versión que denunciada por la familia de la víctima, la niña se había quebrado en llanto mientras su mamá la secaba después de bañarse y acusó dolores en sus partes íntimas.
"No entendía que decía y le pedí que se calmara. Fue allí cuando ella confesó que el portero de su escuela la vivía abusando", detalló la angustiada madre en su momento, en diálogo con Misiones Online.
El examen médico que se le practicó en su momento a la niña determinó que no hubo penetración por parte del hombre, pero la familia sostuvo que la pequeña sufrió lesiones externas producto de los manoseos a los que la sometía el acusado.
Según la mamá, su hija salía del aula porque "el abusador la amenazaba y luego la ultrajaba en el baño". Mendoza fue detenido casi inmediatamente y permaneció en la celda hasta ayer, cuando los jueces decidieron otorgarle al acusado el beneficio de la duda, ordenando su inmediata excarcelación.
Durante el juicio oral que inició el pasado lunes 15 de abril, ningún testigo ubicó al acusado con la menor. Directivos y docentes de la Escuela 129 a los que se les tomó declaración señalaron que nunca habían notado movimientos extraños en los baños, o alguna conducta sospechosa, ya sean en la pequeña o en el acusado.
Otro argumento a favor del portero fue el de la médica forense: había firmado el certificado constatando las lesiones en la zona íntima de la menor y explicó que las mismas podían haberse debido a una falta de higiene o al roce de la ropa.
Tras recuperar su libertad, Mendoza dijo: "No siento rencor y no tengo odio ni sed de venganza. Por fin se hizo justicia".