A raíz del aislamiento obligatorio causado por la pandemia de coronavirus, la falta de turistas en los sitios naturales representa un momento de descanso necesario para la naturaleza. A su vez, aprovechando la sequía histórica del río Iguazú -el caudal normal es de 1.300 a 1.500 metros cúbicos por segundo y llegó a 289 metros cúbicos-, el equipo de mantenimiento pudo retirar bastidores, pisos y barandas de las pasarelas a Garganta del Diablo que habían caído con la creciente extraordinaria del año 2014.
En diferentes partes del país se ha visto cómo la fauna y la flora recuperaron sus antiguos hábitats: en el Parque Nacional Iguazú un yaguareté fue filmado en la estación Garganta, una de las más concurridas para tomar el tren ecológico en días turísticos.
Más de 300 personas trabajan en la administración, mantenimiento, limpieza, recolección de residuos y operación de sistema ferroviario del Parque Nacional Iguazú, hogar de las Cataratas del Iguazú, una de las Nuevas 7 Maravillas Naturales.
Sin embargo, y dadas las actuales condiciones, solo asiste un equipo que se encarga de la limpieza de recorridos y pasarelas, parquización, potabilización de aguas y tratamiento de líquidos cloacales.