Iguazú: en campo del Ejército talan árboles y montan aserradero ilegal

Hace un mes, la Prefectura descubrió un plantío de marihuana. Ahora, con ayuda de guardaparques descubren tala ilegal.

Iguazú: en campo del Ejército talan árboles y montan aserradero ilegal
Entrada a la Reserva Natural Militar de Puerto Península\u002E (WEB)

Intrusos en la Reserva Natural Militar "Puerto Península" de Iguazú, talaron árboles centenarios, hicieron tablones y vigas de la mejor madera en un aserradero clandestino y los estibaron para sacarlos hacia el Paraná. Voceros de la fuerza aseguran que cruzan el río desde Paraguay.

La Reserva Natural de 7.000 hectáreas debe ser vigilada por la Brigada de Monte XII con base en Puerto Iguazú. Sin embargo, fue la Prefectura la que el 15 de abril pasado descubrió una 1.800 plantas de marihuana. Las vieron en un cerro cuando patrullaban el río.

Tablones de madera ya aserrados y cepillados, listos para ingresar al mercado ilegal. Estaban en un sector de selva del Ejército. (Parques)
Tablones de madera ya aserrados y cepillados, listos para ingresar al mercado ilegal. Estaban en un sector de selva del Ejército. (Parques)

En el mismo campo, que el Ejército usa para ejercicios, un equipo de guardaparques del vecino Parque Nacional Iguazú junto a efectivos del Ejército, hallaron las maderas aserradas, informaron iguazuahora y 3fronteras.

Los árboles aserrados son de los más valiosos en el mercado de la madera y en peligro de extinción: Anchico, Laurel Negro y Guatambú. Junto al lapacho, el cedro y el loro negro, son las joyas de la Selva Paranaense.

Expertos en la selva, los guardaparques y soldados recorrieron las picadas (senderos abiertos a machete" en medio de la selva de Puerto Península. El lugar queda a unos 20 kilómetros de Iguazú y a 10 kilómetros de las Cataratas del Iguazú, muy cerca del aeropuerto.

Los árboles ya habían sido aserrados y estibados para ser vendidos luego en el mercado clandestino de maderas de ley. Voceros del Parque Nacional Iguazú y de la Brigada XI estiman que estaban cerca del río Paraná y presuntamente serían contrabandeadas y vendidas en Paraguay.

Los intrusos, que no fueron detenidos, tuvieron tiempo hasta desbastar y cepillar la madera, lista para su venta a mayor valor. En las picadas del monte también hallaron indicios de caza furtiva dentro del área protegida. En esta zona también se encuentran aún plantas de palmitos, cuyo fruto es muy cotizado en el mercado ilegal.