Con un pedido por los "que padecen la falta de pan, de trabajo y de seguridad" finalizó la visita "ad limina apostolorum" del obispo de Iguazú, Marcelo Martorell. El prelado formó parte del primer grupo de 32 obispos del NEA, junto a los obispos de Posadas, Juan Rubén Martínez, de Oberá, Damián Bitar, y de los demás diocesanos del Litoral y de la Región de La Plata.
En la misa de despedida, el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik, rogó para que quienes gobiernan la Argentina acierten caminos "a una convivencia más fraterna, más justa y más atenta a muchas personas y familias que padecen la falta de pan, de trabajo y de seguridad".
La misa fue celebrada en la mañana de este sábado 4 de mayo, en la basílica papal de Santa María, presidida por Stanovnik. Luego de una semana colmada de reuniones en distintos Dicasterios y Congregaciones, en la Secretaría de Estado de la Santa Sede, y con el papa Francisco, el obispo Martorell regresará a su diócesis.
En su homilía, el arzobispo de Corrientes recordó que el templo donde se celebró la misa fue el "primer santuario dedicado a la Virgen María en Occidente", y admiró la imagen presente de la Salus Popoli Romani, un icono bizantino de la Virgen y el Niño, realizada por San Lucas, evangelista.
Este domingo, a las 18.30, hora de Roma, comenzará con una misa en la sede de la Iglesia Argentina, la visita ad limina apostolorum correspondiente al segundo grupo, integrado por obispos que pertenecen a la región Buenos Aires.