El cielo del 12 de mayo se iluminó con la “Luna de las flores”, una de las más poderosas del año. Le dicen así porque, en el hemisferio norte, coincide con el florecimiento de la naturaleza. Pero más allá de lo estacional, esta luna viene a remover estructuras internas: abre caminos, saca a la luz emociones escondidas y pone sobre la mesa decisiones que venías pateando.
Con su energía expansiva y sanadora, la Luna de las flores se sintió con fuerza en todos los signos del zodiaco. Especialmente porque se la vincula con lo femenino, lo fértil y lo intuitivo. En astrología, se la conoce también como “Luna de la Madre” o “Luna de la Leche”, y su influencia puede durar semanas.

Qué le pasó a cada signo con esta luna llena de las flores
Aries sintió un temblor emocional: tiempo de asumir lo que ya no se puede esconder. Tauro, más conectado que nunca con su autoestima, se volcó a rituales de autocuidado y atracción. Géminis, por su parte, se vio arrastrado a recuerdos y vínculos del pasado que pedían una nueva mirada.

Cáncer, regido por la Luna, estuvo especialmente sensible. Para muchos fue el momento de buscar protección o rearmar el hogar. Leo, creativo y magnético, recuperó pasiones olvidadas. Virgo, en cambio, se topó con el desafío de soltar el control: “Lo que no florece, no pertenece”, decía su horóscopo.
Libra enfrentó relaciones que ya no suman. Escorpio se abrió a sanar heridas profundas, mientras que Sagitario quiso soltar todo y empezar de nuevo. “Hay tierra fértil más allá del horizonte”, fue la frase que más resonó en los nacidos bajo este signo.
Capricornio tuvo que aceptar que ciertas estructuras caducaron. Acuario reconectó con lo natural, y muchos compartieron rituales florales en redes. Piscis, más espiritual que nunca, vivió una especie de trance emocional. Sueños, intuiciones y revelaciones fueron moneda corriente.

Aunque ya pasó, la Luna de las flores dejó huella. Las próximas semanas van a estar marcadas por decisiones claves y limpiezas internas. Si sentiste el impulso de soltar, de llorar o de empezar algo nuevo, no fue casualidad: el universo te está dando permiso para florecer.