La llegada de Mercurio retrógrado es un momento donde muchas personas aceptan cambios y toman decisiones que dan un giro a su vida. Sin embargo, también es una etapa en donde las personas deciden hacer un proceso de introspección que ayuda a limpiar las energías.
En ese sentido, los especialistas en astrología y terapias alternativas suelen señalar este periodo como propicio para revisar creencias, hábitos y pensamientos acumulados, abriendo paso a nuevas oportunidades gracias a rutinas sencillas diseñadas para renovar el entorno y la mente.

Durante este ciclo astrológico, es común que se perciban obstáculos comunicativos, confusiones o cierta tensión emocional, razón por la cual los rituales de limpieza energética ganan protagonismo. Estos procedimientos buscan liberar cargas, reducir la ansiedad y atraer experiencias más positivas. Quienes practican estas herramientas insisten en que la clave está en la constancia y la intención clara, especialmente en momentos de renovaciones astrales como Mercurio retrógrado.
¿Por qué realizar un ritual durante Mercurio retrógrado?
El fenómeno de Mercurio retrógrado ocurre varias veces al año y es considerado un periodo de revisión y reflexión personal. Muchas personas experimentan durante esos días dificultades en la comunicación, retrasos o situaciones relacionadas con el pasado. Los rituales de limpieza energética durante este tiempo se plantean como una estrategia útil para “despejar el camino”, simplificar los pensamientos y enfocarse en lo realmente importante.

Realizar un ritual específico en este lapso no solo tiene como objetivo despejar el ambiente, sino también ordenar la mente y el espacio personal, facilitando así la llegada de ideas renovadoras. Estas prácticas pueden ayudar a sobrellevar los días de mayor inestabilidad y a fortalecer la conexión con metas y deseos reales, contribuyendo al equilibrio emocional y mental.
Paso a paso del poderoso ritual para limpiar energías
Para concretar el ritual de limpieza energética durante el periodo de Mercurio retrógrado, se recomienda preparar un espacio tranquilo y elegir un momento en el que no haya interrupciones, preferentemente por la mañana o al atardecer. Entre los elementos más utilizados figuran un recipiente con agua, sal gruesa, una vela blanca, y aromatizadores como palo santo, incienso o ruda.
El primer paso consiste en realizar una respiración profunda y lenta, manteniendo la atención en el propósito de liberar las cargas antiguas. Luego, se enciende la vela y el aromatizador elegido, recorriendo con ellos el ambiente para purificar el aire. Enseguida, se puede utilizar el agua con sal para rociar ligeramente los rincones del espacio o situarla en distintos puntos, lo que, según las creencias, ayuda a absorber las energías indeseadas.
Durante el proceso, es recomendado repetir en voz baja o mentalmente una intención clara, como: “Elijo dejar atrás lo que ya no me pertenece y abro espacio para el cambio positivo”. Finalmente, se agradece el momento y se deja quemar la vela hasta el final, manteniendo el espacio ordenado y las ventanas abiertas por algunos minutos para permitir la circulación.































