Las III Jornadas Iberoamericanas sobre Economía Circular en Procesos Agroindustriales (JIHECPA 2025) reunieron a investigadores, profesionales, docentes y estudiantes de diversas provincias argentinas y países de Iberoamérica, consolidando un espacio para el intercambio de saberes, cooperación y construcción de conocimiento aplicado a modelos innovadores de producción alimentaria sostenible.
El encuentro fue organizado por la Red Iberoamericana de Investigadores en Herramientas para Economías Circulares (RII-HEC) (AUIP), el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de Entre Ríos (ICTAER) (UNER-CONICET), la Facultad de Bromatología de la UNER y la Municipalidad de Gualeguaychú.
Las exposiciones y mesas temáticas giraron en torno a la transición hacia modelos productivos más sostenibles: desde bioeconomía y uso responsable de recursos autóctonos hasta envases comestibles, biotecnología, energías renovables y nuevas tecnologías aplicadas a la agroindustria.
La edición 2025 se destacó por la calidad de las presentaciones y por la diversidad de perspectivas nacionales e internacionales, así como por la participación activa del público en cada instancia.
Además, reforzó el compromiso institucional de la Facultad de Bromatología con la generación y democratización del conocimiento al servicio del territorio, la innovación y el desarrollo sustentable.
Al cierre del primer día, se desarrolló una charla abierta y gratuita para la comunidad —transmitida por el canal de Youtube No es maleza si va a la mesa— donde se abordaron conceptos clave como soberanía alimentaria, vínculo entre nutrientes, cultura y territorio, y la necesidad de repensar modelos de producción y consumo desde una mirada ambientalmente responsable.
El encuentro concluyó con un espacio musical a cargo del Coro Sentimientos y la entrega de reconocimientos y sorteos para los participantes, celebrando una edición que dejó huella en la comunidad académica e institucional.
Una experiencia que reafirma que la transición hacia una agroindustria más circular, ética y sostenible es posible cuando el conocimiento se construye colectivamente y con compromiso territorial.
































