Se trata del delincuente de 36 años ya había sido detenido a fines de julio por estar sospechado de ser la persona que barreteó la puerta del negocio de ropas "Beltran", y sustraer prácticamente toda la mercadería valuada en unos 50 mil pesos.
Sus huellas quedaron marcadas en el interior del local y por sus antecedentes se libró una orden de captura. Los investigadores lograron reunir información sobre su autoría y a través de la Fiscalía se emanó el pedido para detenerlo en el lugar donde fuera ubicado.
A pesar que Ballesteros ya tenía una condena condicional de 3 años que le había sido dictada por tres robos simples, fue liberado sujeto a proceso, pero no cambió su vida. El 15 de octubre cometió su golpe más importante, pero incurrió en varios errores que afortunadamente permitieron su identificación.
Ese día logró acceder al departamento más alto del edificio que se levanta en Doello Jurado y Sarmiento, desempotró de una pared la caja fuerte que contenía 300 mil pesos y 3000 dólares, y abandonó el lugar por el mismo lugar por el que accedió. En el departamento se localizaron 21 huellas dactilares que fueron sometidas a cotejo en el sistema Sibios, el Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad (SIBIOS) que permite identificar a todo aquel que tramitó el actual y único DNI vigente en el territorio argentino.
Por otra parte, su figura fue registrada por las distintas cámaras de seguridad ubicadas en los pasillos del edificio y sirvió como prueba fundamental para su identificación y pedido de captura por parte de la fiscal Natalia Bartolo.
Con preventiva hasta el juicio: La fiscal lo citó a declaración de imputado y en presencia de su abogado, Ballesteros se abstuvo. Allí se lo acusó formalmente del delito de robo doblemente calificado por haber utilizado el control remoto del edificio (inc 3 del artículo 163 del C.P) y el escalamiento.
Luego fue sometido a una audiencia ante el Juez de Garantías para solicitar la prisión preventiva, y Tobías Podestá concedió los primeros 35 días de detención. Esa medida finalizó a principios de diciembre y se prorrogó por 45 días más de prisión en la Jefatura. El magistrado concedió el requerimiento fiscal fundando su dictamen en el riesgo procesal. Estimó que si Ballesteros recuperaba la libertad era muy posible que abandonara la ciudad y no se presentara al inicio del juicio.
Después de todo y ya con los elementos suficientes para su juicio, “Keko” Ballesteros analizó las pruebas en su contra y decidió someterse a un proceso abreviado, para lo cual era condición necesaria su confesión como autor de los hechos.
En este juicio abreviado que se realizó este martes, se unificaron todos los procesos penales que tenía vigente Ballesteros. La condicional que no había terminado de cumplir por los robos y lo que estaba pendiente por desvalijar la tienda de ropas y el caso en el edificio. Se le imputó los delitos de robo y robo doblemente agravado por la utilización de un elemento semejante a la llave (control remoto) y por escalamiento; y acordó una pena de prisión efectiva de 4 años que solicitó cumplir en la Unidad Penal 9 de Gualeguaychú.