Dos abuelos con uno de sus hijos y un tío, quedaron varados en la frontera con Salta por el cierre de las fronteras. Son formoseños que según manifiestan tienen residencia en la localidad de Las Lomitas.
Desde el día lunes están a la vera de la ruta esperando algún tipo de asistencia y le piden por medio de un video ayuda al gobernador. Exhiben además un certificado médico que los muestra como libres de coronavirus pero dijeron que nadie los atiende y que al igual que en otras situaciones no fueron tratados amablemente por la policía de Formosa.
Vinieron viajando miles de kilómetros, cruzaron Salta, Jujuy y otra vez en Salta llegaron a la frontera con Formosa con un permiso del Ministerio del Interior con las rutas detalladas por donde debían viajar.
Una vez en Formosa, empezó la odisea. Los abuelos, el tío y el nieto quienes llegaron en dos vehículos para mantener la distancia social, después de haber cumplido cuarentena en la ciudad de Salta se encontraron con la inflexibilidad sin bemoles de las autoridades formoseñas que hace que hasta el día de hoy continúen durmiendo en sus vehículos a la vera de la ruta 81.
Ranulfo y Honoria de alrededor de 80 años están sanos pero podrían enfermarse soportando las bajas temperaturas en ese lugar. No tienen permiso para viajar hacia ningún lugar y les han advertido que parados en la ruta podrían robarlos criollos o aborígenes.
Lograron estacionarse cerca de una casa de familia que no los puede albergar a riesgo de que la policía de Salta los sancione. Están cerca de la localidad de Los Blancos donde pueden tener señal de celular y su desesperación aumenta porque solo les queda medio tanque para movilizarse.
No es la primera vez que una situación límite pide a gritos, el sentido común de las autoridades del gobierno de Formosa para intervenir en el caso de manera urgente, tratándose por un lado de formoseños y por otro de abuelos que en este momento están pasándola realmente mal porque no pueden entrar a la provincia.
Los dos abuelos pueden ser tranquilamente escoltados hasta un lugar donde estén acomodados de manera digna y puedan atravesar una cuarentena igual que cualquier ciudadano argentino. Solo tienen medio tanque de combustible y el permiso de circulación caduco.
Las circunstancias y la ley determinan que hay que cumplir con el aislamiento obligatorio y que para entrar a la provincia debe solicitarse un permiso. Sin embargo la humanidad y toda la infraestructura de lo público en la provincia tiene recursos de sobras para hacer una excepción de manera humanitaria y rescatar a los abuelos del frio de la ruta y ponerlos a resguardo.