Un niño de 11 años buscó ayuda entre los vecinos para terminar con la pesadilla de "su madre", embarazada de 5 meses. Una vez que consiguió atención, la policía se presentó en la casa del barrio Guaraní y se lo llevó al hospital, donde las lesiones fueron constatadas.
Cuando finalizó el examen, el menor les pidió a las autoridades no regresar a su casa. En ese momento los vecinos realizaron la denuncia en la comisaría local y pusieron al tanto de la situación a Acción Social, Dirección que varias veces llegó al domicilio de la madre y los niños pero pasó por alto la precariedad con el cual contaba la mujer.
La vivienda de la familia es una casa pequeña y precaria, con colchones fuera del ambiente del dormitorio, letrina; todos indicios que los vecinos tuvieron más atino en atender.
Los menores eran sometidos a castigos físicos, explotados en tareas domésticas, dormían en la oscuridad fuera del ambiente adecuado (corredor), además de estar siempre con hambre, esto es lo que dice la denuncia que hacen los vecinos.