La llegada masiva de la inteligencia artificial abre debates en el mundo del trabajo, del arte y también en la educación. La escuela no está parada en el tiempo. La tiza y el pizarrón verde tuvieron transformaciones radicales a lo largo del tiempo y se enfrentan a un nuevo cambio.
El desafío moderno de la comunidad educativa es pensar cómo incorporar las nuevas tecnologías en el aula. Es por esto que consultamos a Luciano Alderete, profesor de historia y maestro de enseñanzas prácticas, para profundizar sobre los beneficios y dificultades de esta nueva propuesta.
¿Qué beneficios creés que tiene Chat GPT a la hora de enseñar y aprender?
Mirá, creo que un primer beneficio de introducir una IA en el aula como Chat GPT, tiene que ver con lo valioso que siempre es incorporar a la escuela tecnologías que empiezan a ser de uso común para la sociedad y que después van masificándose a lo largo del tiempo.
Es cierto que muchas veces sucede que la escuela resiste ciertos cambios, pero la verdad es que hoy muchos chicos y adultos ya están utilizando la herramienta y eso obliga a los docentes a repensar las estrategias didácticas.
Cuando uno que tiene la experiencia de utilizar Chat GPT realmente se sorprende por la calidad de sus respuestas. Es una inteligencia que fue diseñada y entrenada para mantener conversaciones naturales de una manera muy natural (risas). En sus respuestas no vas a encontrar sesgos racistas, xenófobos o de género y eso es muy positivo para poder utilizarlo en la escuela. Además, tiene la ventaja de ser abierto y gratuito, cosa que lo pueden usar los chicos, los docentes y las familias.
El gran dilema de “Chat GPT sí / Chat GPT no”, aparece obviamente cuando nos preguntamos cómo hacer para que los chicos aprendan los contenidos de las materias, sin que sea un simple “copy-paste” de lo que dice Chat GPT…
¿Te referís a que los alumnos podrían “copiarse”?
Es que una cosa es enseñar la herramienta, como utilizarla y como hacer búsquedas significativas. Eso está muy bien porque, como dijimos, se trata de la incorporación de una nueva tecnología en la sociedad.
Ahora bien, el problema aparece cuando nos damos cuenta de que es realmente probable que los chicos, al utilizar la herramienta, no estén aprendiendo el contenido que queremos explicar, sino que estén aprendiendo simplemente cómo preguntárselo a una inteligencia artificial.
Esto es todo un desafío. Por eso en todo el mundo se están tomando diferentes medidas para ver qué hacer. Así como en muchos lugares se está incentivando su uso, en algunas instituciones de Francia o incluso Nueva York, ya lo están prohibiendo en las aulas e introduciendo sanciones que incluyen la expulsión para quienes lo utilicen.
Para mí es totalmente entendible la discusión. Imaginate que por ejemplo en el caso de Matemática, el “problema” de antes para muchos era que “la calculadora resuelve las cuentas, y los chicos así no aprenden”. Entonces, los docentes empezaron a hacer hincapié en los procedimientos. El famoso “¿Cómo hiciste para resolverlo?”. Ahora el dilema aparece cuando Chat GPT, no solo es capaz de resolver problemas matemáticos y ecuaciones complejas, sino que también puede explicar perfectamente cómo lo hizo.
Del mismo modo ocurre en las otras materias, porque también podría por ejemplo escribir cuentos, poemas, relatos del género que se te ocurra, introduciendo personajes específicos, finales abiertos, etc. Y así con todo, porque ya no se trata simplemente de una enciclopedia como podría ser antes la Encarta, o un motor de búsqueda como Google o Yahoo, sino que la IA logra responder consignas donde es necesario relacionar, opinar y comparar.
¿Cómo se podría utilizar entonces? ¿Recomendarías su uso en las escuelas?
La realidad es que todo tiene que ser a su debido tiempo. Hay cosas que no dependen ya de la decisión del docente, sino que como te decía antes, al ser procesos o fenómenos masivos y que tienden a ser cada vez más grandes, aparecen más allá de la voluntad individual de la escuela o de cada docente.
El dilema es como se para uno frente a eso, porque a la larga, la tendencia es que cada vez más personas van a usarlo y eso es irreversible. De todos modos, este tipo de debates son nuevos pero no tan nuevos, porque aparecen en la escuela una y otra vez a lo largo de la historia. Hace algunos pocos años se debatía y aún se debate el uso del celular en el aula. Hoy estamos debatiendo la incorporación de las IA…
Es decir, no es la primera ni la última vez que los docentes y las escuelas trabajamos críticamente con nuevas tecnologías y las aprovechamos como herramientas para motivar a nuestros estudiantes. El desafío será que ese trabajo no dependa del voluntarismo o de iniciativas aisladas.
Creo que Chat GPT puede y debe utilizarle en la escuela pero con reglas claras. Eso es muy importante. Porque así como pienso que la escuela tiene que trabajar con los temas que competen a la sociedad y no quedar aislada, creo también que una cosa es el mundo de los adultos, -donde Chat GPT puede ser una herramienta de trabajo-, y otra cosa es el mundo de los niños y adolescentes, que están estudiando y formándose. Obviamente, pensar en “reglas claras” sin que sea un slogan, demanda repensar algunas estrategias de evaluación, y utilizar las IA siempre y cuando no limiten la autonomía de los alumnos para hacer, porque si los chicos solamente logran autonomía para poder realizar búsquedas, pero no para comprender una consigna, estamos en un problema grande.
Desde ya, podríamos apoyarnos en Chat GPT para que los chicos puedan comprender temas complejos. Podríamos también dividir los momentos de la clase: en algunas situaciones, va a ser necesario que durante el trabajo en el aula, la utilización de Chat GPT esté limitada, sin uso del celular, para que los chicos puedan pensar y responder con mayor autonomía.
Ahora bien, durante otros momentos, podrían incorporarse consignas donde se les pida a los chicos que realicen preguntas a Chat GPT, copien las respuestas y luego (ya sin el celular) trabajen en la ampliación de esas respuestas. Por ejemplo, en el caso que mencionábamos antes de Matemática, se podría trabajar en el pizarrón con otros métodos de resolución a partir de las respuestas que da Chat GPT.
En el caso de Prácticas del Lenguaje, se podrían incorporar otros elementos a los relatos creados por la IA, o trabajar desde el mismo texto situaciones de lectura, ortografía, entre otras.
Una última, ¿Hay otros tipos de IA que podrían incorporarse a la educación? ¿Creés que a la larga estas inteligencias podrían reemplazar a los docentes?
Sí, son varias las IA que se están desarrollando. Chat GPT tiene sus variantes como BInChat, pero también existen otras IA para explorar y trabajar en clase que son muy recientes. Una de ellas se anunció el mes pasado, se llama “DALLE-2″, y logra convertir texto en imágenes. Sus creaciones realmente son impresionantes, por lo realistas y la calidad de lo que produce, pero todavía hay que tener cuidado porque tiene algunos sesgos de género en relación a sus búsquedas que son estereotipadas. También existe para el mismo propósito “Stable Diffusion”, que es de código abierto.
Yo no creo realmente que estas IA puedan reemplazar el trabajo docente, porque entiendo que la docencia es más que una máquina de transmisión de contenidos. Las IA tienen que servir para complementar el trabajo docente, no para reemplazarlo porque no tiene ese propósito.
Los docentes, además, trabajamos en el aula con situaciones de muchísima complejidad social y muy cambiantes en el tiempo, por lo cual son problemas muy difíciles de modelar y resolver mediante este tipo de herramientas. Existe una dimensión amorosa y empática que acompaña la ejecución de las planificaciones y secuencias didácticas que desarrollamos día a día en las aulas. Ambos aspectos son fundamentales, irremplazables y constitutivos del acto educativo. Es decir, la trama que se construye en los vínculos de enseñanza y aprendizaje no creo que se pueda generar de manera artificial.
Incluso una de las primeras preguntas que le hice a Chat GPT fue justamente esa, si los docentes vamos a ser reemplazados. Afortunadamente, respondió que no, que es simplemente una herramienta útil para algunas situaciones didácticas, pero que el docente siempre será el encargado de guiar el proceso de aprendizaje. Digo “afortunadamente”, porque si no ya tendría que ir buscándome otro trabajo… (risas).