El esquema bimonetario de hecho que vive la economía argentina y las recurrentes crisis de balanza de pagos que dispara la inflación por falta de divisas, disparó la discusión por la dolarización a partir de la firme postura y los proyectos presentados por el pre candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei.
La dolarización había tenido una presencia marginal en procesos electorales previos, pero la irrupción del candidato libertario con encuestas favorables obligó a los demás aspirantes presidenciales a pronunciarse al respecto.
La pregunta ¿qué hacemos con el dólar?, típica de todo debate político, trocó a una más directa: “Dolarizar ¿sí o no?”.
Milei desató el mensaje con una posición muy radicalizada de aplicar este sistema monetario en su primer día de gobierno, postura que luego fue modelando hacia un esquema más progresivo y como corolario de ciertas reformas estructurales previas.
Su frase “voy a dinamitar el Banco Central” resultó de las más icónicas para graficar su postura, pero en recientes expresiones públicas admitió que el proceso de dolarización que plantea puede completarse en un plazo entre 9 y 24 meses, según el comportamiento de los agentes económicos. Su plan se basa en un proyecto diseñado por el economista Emilio Ocampo.
En su argumentación Milei sostiene que la salida del cepo debe ser gradual porque “si se liberan todos los controles, se producirá un derrumbe de la demanda de dinero. No sacarlo implica un problema de exceso de demanda en el mercado de divisas”. Por lo tanto, concluyó que “la única forma de evitar la hiperinflación (al levantar el cepo) es resolver de cuajo el problema a través de la dolarización”.
Por su parte, las posiciones de los precandidatos de Juntos por el Cambio, aunque con matices, coinciden en la eliminación del cepo y la unificación del tipo de cambio marginando la dolarización como herramienta de política económica.
Horacio Rodríguez Larreta promete tomar medidas sobre el cepo cambiario “desde el primer día de gobierno”, pero al mismo también aclaró en distintas declaraciones que el desmantelamiento total demandará tiempo.
“El primer día vamos a desarmar el sistema actual que tiene y afecta al funcionamiento de la economía. Vamos a tener un tipo de cambio libre y único dentro del primer año de gobierno”, precisó.
Al igual que Milei, su contrincante interna, Patricia Bullrich, fue moderando su discurso sobre la salida del cepo y las diferencias con Rodríguez Larreta no parecen sustantivas.
Bullrich complicó su posición al querer argumentar cómo llevaría adelante la salida del cepo y mencionar la palabra “blindar” la economía con un crédito del FMI. Inmediatamente, se asoció su postura a la fallida experiencia del ex presidente Fernando De la Rúa.
En lo difuso de la explicación, Bullrich dio a entender que buscaría respaldo internacional para desarmar el cepo y minimizar el riesgo inflacionario. Al intentar detallar su idea dejó abiertos muchos interrogantes al señalar que no podía revelar cuáles serían las instituciones que financiarían su propuesta.
El espacio “Hacemos” liderado por el gobernador de Córdoba, Juan Schieratti, también se pronunció por la unificación del tipo de cambio y la derogación de todas las regulaciones sobre ese mercado.
Salvo la posición de Milei quien pone en consideración un programa preciso en cuanto a medidas a adoptar el factor común son discursos enunciativos de objetivos finales, mientras que el camino para lograrlos no está claro.
Dentro de los espacios de izquierda las propuestas son derivadas de su génesis política.
En la plataforma del FIT-Unidad Myriam Bregman plantea la nacionalización del sistema bancario y financiero y la creación de un banco público único gestionado por los trabajadores.
“Este sistema garantizaría crédito barato para acceder a la vivienda, a microemprendimientos o para los pequeños comerciantes golpeados por la crisis. Esta nacionalización cuidaría los depósitos de pequeños y medianos ahorristas”, sostiene la plataforma.
En similar sentido se pronunció su rival en la interna, Gabriel Solano, quien también propicia una “banca única y pública”, además de “no pagar la deuda” porque el cepo es producto de la fuga de capitales”.
Sin una oposición en las PASO que pueda disputarle seriamente la candidatura, el candidato oficialista y actual ministro de Economía, Sergio Massa, evitó pronunciarse en detalle acerca de cómo sería su política económica y la forma de salir del actual cepo que administra.
Si bien su historia política, y la de quienes lo acompañan en el Palacio de Hacienda, corresponde a propender a un tipo de cambio único, la delicada situación de reservas y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) obran de condicionantes.
En la práctica Massa evitó devaluar la moneda ampliando el cepo a través de la ampliación de distintos tipos de cambio, incluso apelando a cargos impositivos.
El nuevo programa con el FMI estaría imponiendo una salida del cepo con plazos más concretos.
Su oponente interno, Juan Grabois apunta a crear instrumentos para quitarle presión al dólar, pero también lo plantea con un esquema gradual para evitar que una salida abrupta dispare el tipo de cambio y la inflación.