A partir de la aprobación por parte del staff técnico de la última revisión del acuerdo en curso, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aceptó la postergación hasta el 31 de marzo del pago de U$S 2.700 millones que la Argentina debía cancelar esta semana.
La demora en el cierre de las negociaciones por las nuevas metas de reservas generó un descalce entre los vencimientos que tenía que afrontar el país y el giro comprometidos por el FMI, el cual se hará efectivo cuando el Directorio dé el aval definitivo y genere la acreditación de U$S 5.300 millones.
El programa de Facilidades Extendidas vigente contempla desembolsos del organismo multilateral a cambio de aprobaciones de metas trimestrales que coinciden con el cronograma de pago que se había fijado en el acuerdo que firmó Mauricio Macri en 2018.
O sea, hay una compensación constante entre giros y pagos, dado que el convenio que firmó el gobierno de Cambiemos no fue cancelado.
Argentina debía pagar mañana U$S 917 millones y el miércoles U$S 1.789 millones, que ahora se abonarán el 31 de marzo, según informaron fuentes del Ministerio de Economía.
Para esa fecha se espera la reunión del Board del organismo y que culmine el proceso formal para el aval de las metas correspondientes al 31 de diciembre de 2022.
Como el staff técnico ya elevó la recomendación de aprobación, la prórroga resulta un mero formalismo que le permite al país mantener ese dinero en las reservas.
No obstante, cabe aclarar que cuando los dólares lleguen al Central será por unos pocos días, ya que en abril hay tres fechas de pago por U$S 2.600 millones: el 7 de abril vencen U$S 1.296 millones, el 14 de abril U$S 648 millones y el 28 de abril U$S 681 millones.
Tras la reunión del Board se aguarda además se informen las nuevas metas de reservas que deberá cumplir el país, que en principio implicaría una reducción de U$S 2.000 millones, concentrada en el primer trimestre.
El anuncio de esta postergación de obligaciones se da en momentos en que recrudecieron los cuestionamientos del ala kirchnerista de la coalición gobernante por una renegociación total del acuerdo con el FMI.
Si bien el organismo relajó las metas de reservas, mantuvo sin cambios el objetivo de reducción de déficit fiscal a 1,9% del PBI y de 0,6% de emisión monetaria.
Estas obligaciones le quitan recursos al Gobierno y ante la desaceleración de la actividad obligarán a nuevos recortes de gastos para cumplir.
Tanto en Economía como los funcionarios del FMI que monitorean a diario los números del país están anoticiados de las consecuencias de la sequía y la caída en el nivel de actividad.
En la jornada del hoy, el Central vendió U$S 261 millones para atender la demanda en el mercado de cambio y se adelantaron pagos por U$S 260 millones para la importación de energía.
Para atenuar el impacto de la constante sangría se confirmaron ingresos por U$S 680 millones. El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) desembolsó U$S 285 millones y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BICE) aportó otros U$S 385 millones. A esto se sumó la activación de un tramo del swap con China por otros U$S 1.000 millones, de los U$S 5.000 acordados.
Con la postergación de los pagos al FMI y estas líneas de crédito, Economía busca dar señales que calmen a los inversores locales, en una jornada financiera inquietante por la caída de las acciones bancarias en todo el mundo.
La plaza se mantiene expectante dado que los agentes económicos esperan la reacción del Palacio de Hacienda luego de la tasa de inflación de 6,6% en febrero y de que las proyecciones para marzo sean superiores.
Durante el fin de semana circularon todo tipo de trascendidos acerca de la continuidad de Sergio Massa al frente del ministerio y de un eventual paquete de medidas para hacerle frente al fogonazo de los precios.
Hasta el momento, los funcionarios solo se abocaron a dar cuenta de la negociación con el FMI y de los créditos que ingresaran sin hacer referencia a ningún otro tema.