El gran anhelo de los argentinos por comer un asado en familia ha sido una lucha en los últimos meses producto de la subida de precios y el impacto de la inflación en los alimentos. En ese sentido, uno de los focos de preocupación en los últimos meses ha sido el consumo de carne per cápita y su descenso en el país.
Para poner en contexto, la Argentina es el país que más kilos de carne bovina consume por habitante y que en los últimos tiempos había caído drásticamente, entre otras cosas, por la suba de los precios del alimento. A eso se le sumó una fuerte corriente del veganismo y gente que decide bajar su consumo por cuestiones de salud.
Cabe remarcar que el Gobierno anunció una serie de cortes que están incluidos en Precios Justos y que buscan mantener el precio hasta el 15 de junio. El asado está en $1.116 por kilo, nalga en $1.483 por kilo o el vacío en $1.458. Todo se dio después de la fuerte disparada que hubo a comienzo de este año.
Sin embargo, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario señaló que en el año 2023 el consumo per cápita podría ubicarse en torno a los 115,3 kg por persona. De ser así, esto representaría una mejora del 4,2% respecto al año pasado y se alcanzarían los niveles de consumo de 2017.
Por otra parte, cada habitante consumiría en 2023 un total de 4,0 y 3,4 kg por encima de los promedios de los últimos 5 y 10 años, respectivamente. Esto surge a partir de los datos de consumo de carnes proporcionados por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal, de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (SAGyP).
“La composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería: 46% de carne bovina, 39% de carne aviar y 15% de carne porcina. La proporción de carne bovina habría aumentado 2,3 puntos porcentuales respecto al 2022, alcanzando niveles cercanos a los de 2019″, señala el documento.
Una manera interesante de analizar el consumo de carnes a lo largo del tiempo es comparando el porcentaje que se consume de carne vacuna contra el de sus sustitutos, cerdo y pollo. Desde el año 2002, esta diferencia se fue achicando hasta que en 2021 la brecha había superado los 10 puntos en favor de la participación aviar y porcina.
“En el 2016 el consumo bovino empadro con los sustitutos, y desde entonces representa menos de la mitad de toda la carne que se come anualmente en las mesas argentinas. Sin embargo, en los últimos 2 años la tradicional carne vacuna ha recuperado parcialmente su participación relativa, subiendo dos puntos”, explicaron.
El salario empieza a recuperar la pérdida de poder adquisitivo para comprar carne
En los últimos años, desde 2018, se tocó un pico que tuvo una estrepitosa caída en 2019 y 2020, que de hecho fue utilizado en plena campaña electoral de aquellos años, donde se hizo foco en la pérdida del poder del salario para comprar carne.
En ese marco, la BCR hizo un estudio entre los promedios anuales de las remuneraciones brutas desestacionalizadas, informadas por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), y se dividen por la media anual del precio del kg de asado para el mismo período, relevado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
Así la remuneración bruta promedio del sector asalariado alcanzaría para comprar 163,5 kg de asado en el 2023. Este dato indica una recuperación respecto del piso relativo alcanzado en 2021, cuando el poder de compra de los sueldos era de 134 kg, y puede ser uno de los factores explicativos del incremento en el consumo cárnico que se viene experimentando este año.
“Sin embargo, es importante mencionar que, a pesar de ser una recuperación en el corto plazo, el poder de compra de las remuneraciones en términos de carne todavía se encuentra casi 10 kg por debajo del promedio de los últimos 10 años. Cabe también mencionar que este indicador sirve para tener una idea del poder de compra en términos de la carne, pero sobreestima el mismo, dado que se trata de remuneración bruta y no de remuneración neta”, explican.
En 2023 se estima un consumo de 53,1 kg por habitante, superando cómodamente a los dos países que continúan en el podio: Uruguay y Estados Unidos, donde el habitante promedio consumiría 43 y 37 kg, respectivamente. A continuación, siguen en el ranking Brasil (35,3 kg), Israel (27,2 kg), Chile (26,3 kg) y Australia (25,6 kg). Pese a todo, el tradicional asado continúa siendo uno de los pilares de la tradición gastronómica local, y un infaltable en la mayoría de las mesas argentinas.
UNO POR UNO, CUÁNTO CUESTAN LOS CORTES DE CARNE de precios justos
- Asado: $1.035 por kg
- Tapa de asado: $1.035 por kg
- Vacío: $1.351 por kg
- Matambre: $1.310 por kg
- Nalga: $1.375 por kg
- Falda: $675 por kg
- Paleta: $1.113 por kg