La madrugada de este lunes, el Vaticano confirmó la muerte del Papa Francisco a los 88 años, generando una profunda conmoción entre fieles católicos y seguidores en todo el mundo. En Argentina, el dolor por la partida de Jorge Mario Bergoglio tuvo una resonancia especial entre los hinchas de San Lorenzo de Almagro, el club del cual fue fanático toda su vida.
El número que unió al papa Francisco con San Lorenzo
Horas después de conocerse la noticia, comenzó a circular en redes sociales una imagen de su carnet de socio que llamó poderosamente la atención. El número del carnet del Papa era el 88235, una cifra que muchos interpretaron como una coincidencia simbólica: “88” por su edad al momento de fallecer, y “235” por la hora en la que murió en Argentina (2.35 de la madrugada), dado que su deceso ocurrió a las 7.35 en Roma, según informó el cardenal Kevin Joseph Farrell.

La despedida de San Lorenzo para el Papa Francisco
Francisco nunca ocultó su amor por el “Ciclón”. A lo largo de su papado, mantuvo vivo el vínculo con San Lorenzo con gestos que iban desde menciones en entrevistas hasta la recepción de camisetas y delegaciones azulgranas en el Vaticano. Su pasión por el club era parte de su identidad desde la infancia, cuando asistía al Viejo Gasómetro para alentar al equipo del ’46.
San Lorenzo, por su parte, le dedicó una emotiva despedida a través de sus redes sociales:
“Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuervo de niño y de hombre... Cuervo como sacerdote y Cardenal... Cuervo también como Papa... Siempre transmitió su pasión por el Ciclón [...] Socio N°88235. De Jorge Mario Bergoglio a Francisco, hubo algo que jamás cambió: su amor por el Ciclón. Envueltos en un profundo dolor, desde #SanLorenzo hoy le decimos a Francisco: ¡Adiós, gracias y hasta siempre! ¡Estaremos juntos por la eternidad!”.
El legado de Francisco trasciende la fe y alcanza también a la cultura popular y deportiva del país. Su paso por la historia quedará marcado no solo por su liderazgo en la Iglesia, sino también por su calidez humana, su humildad y ese amor eterno por los colores azulgranas.