Inés Camilloni es doctora en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigadora independiente del CONICET, directora de la Maestría en Ciencias Ambientales de la UBA. Participó como autora contribuyente en el Cuarto Informe de Evaluación y autora líder en el Quinto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Además, participó en la elaboración de la Segunda y Tercera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático.
Por su trayectoria, fue invitada a la Conferencia Inaugural de la “XXVI Reunión de Comunicaciones Científicas y Tecnológicas” de la Universidad Nacional del Nordeste UNNE que reunió a los becarios de investigación de la Universidad.
Durante la conferencia ”Cambio Climático, certezas e incertidumbres”, la especialista hizo un repaso sobre la situación actual en materia de cambio climático, las perspectivas a corto, mediano y largo plazo, el impacto en Argentina y las posibilidades de revertir la preocupante tendencia a nivel mundial.
La investigadora indicó que en Argentina el cambio climático impacta de distintas formas según regiones. Citó en ese sentido lo que acontece en provincias del norte, entre ellas Chaco, hubo un corrimiento de las fronteras agropecuarias por las mayores lluvias, con impacto en pérdidas de biodiversidad.
Acciones necesarias
El clima de los próximos 20 años seguirá cambiando por las emisiones ya realizadas, por lo que se debe trabajar en mitigación, con sistemas de alertas, de defensas, de gestión del recurso hídrico.
Graficó que para alcanzar el objetivo a nivel mundial se debe reducir emisiones año a año del 7,6%, pero en 2020 por la pandemia en el promedio global se redujeron 6% las emisiones, por menor actividad de industrias y transporte, “lo cual evidencia el esfuerzo que representará cumplir las metas de mitigación del cambio climático”.
En el conjunto de acciones, individuales y colectivas, y de los Estados, se destaca la necesidad de un uso eficiente de energía; modificar la dieta de las personas, con menor consumo de carne y mayor consumo de alimentos locales respecto a productos que deben ser transportados desde otras regiones, así como una reducción del descarte de alimentos pues se generan gases para producir alimentos que se descartan en un 30%.