La localidad correntina de Curuzú Cuatiá sigue conmovida tras el asesinato de Griselda Blanco, una conocida periodista de allí que tiempo antes había denunciado casos de mala práxis en un hospital. El único detenido por el crimen es su ex pareja, quien declarará este martes 23.
Si bien al principio se especuló de un suicidio, ahora la Justicia apunta a un femicidio, y la familia de ella denuncia que la mandaron a matar por las cosas que revelaba. Todo ocurrió en su domicilio ubicado sobre la calle Juan Pujol, donde habría sido estrangulada con una soga y recibido golpes en su rostro.
La lupa está puesta en Armando Jara, ex pareja de la víctima y único detenido. Su abogado defensor, Francisco Adaime, dialogó en el programa Desayuno por Radio Dos y aseguró: “No sabemos cuales son la pruebas que pueden existir en contra de Jara”.
Habló el defensor del único sospechoso por el crimen de Griselda Blanco
“Esperamos la declaración de mi defendido que podría darse esta tarde. Allí presentaremos las pruebas que tiene a su favor”, señaló el letrado. En este sentido, añadió: “Él (Jara) está tranquilo porque puede demostrar su inocencia”.
El doctor insistió en que hay datos erróneos en algunos medios. Entre ellos, refirió a los supuestos videos que complicarían a su cliente. “No es verdad lo de los videos. El asesinato fue en horas de la tarde, no en la madrugada como señalan que se lo vio a Jara”.
Sobre la relación que había entre la víctima y Jara, Adaime indicó “no eran pareja y no convivían, es lo que tengo entendido”. Al mismo tiempo, dijo que “no había animosidad entre ellos” que indique que podría haber sido el autor del asesinato.
Griselda Blanco recibía amenazas antes de ser asesinada
La mujer era muy conocida en la ciudad. Tenía una cuenta de Facebook llamada “Griselda Blanco Noticias”, con alrededor de 5.000 seguidores, en la cual compartía de forma gratuita necesidades de sus vecinos, reclamos y campañas solidarias. Su última emisión fue el viernes 19, un día antes de que la mataran.
Desde hacía tiempo venía denunciando casos de mala práxis en el hospital civil Fernando Irastorza, y luego de algunas amenazas, su cuerpo fue hallado sin signos vitales. Su familia insiste en que la mataron porque “decía las verdades que nadie se animaba a decir”.
Según pudo saber Diario Época, Griselda “estaba con miedo porque alguien la había amenazado”. Fabían Cesani, uno de sus hijos, reveló que su mamá tenía dos teléfonos, uno para trabajar y otro para recreación. Entonces, denunció que casualmente “falta el teléfono donde su madre tenía las evidencias de estas personas que la amenazaban”.