El Talleres-Boca fue un espectáculo en los visual. Por el duelo de hinchadas, por el recibimiento estremecedor, por una multitud que no dejó ningún claro en las tribunas del Kempes, por la tercera fecha de la Liga Profesional.
En medio del despliegue de colores y sonidos de la hinchada Albiazul, en la cabecera Willington la barra desplegó un telón gigante, con la inscripción “marcando el rumbo de la historia”. Todo, en una noche para el recuerdo de la T.
Los goles del uruguayo Michael Santos en la primera parte, y de Francisco Pizzini a medias con Ezequiel Fernández en el complemento, envolvieron en la euforia a los hinchas del Matador, por una victoria tan merecida como resonante para el equipo de barrio Jardín.