La fecha siete del torneo de Liga Profesional deparó tres empates para los equipos cordobeses. Los tres estaban para más, y a sus hinchas les quedó la frustración y la idea generalizada de despojo, por los fallos arbitrales.
Lo positivo es que Talleres, Belgrano e Instituto siguen de la mitad para arriba en la tabla. Y sin conseguían los triunfos por los que hicieron méritos, estarían decididamente entre los primeros. No quieren ser actores de reparto, pero en el fin de semana de los Oscars, se quedaron sin premios.
TALLERES Y LA “INJUSTICIA” CONTRA DEFENSA
Con camiseta novedosa y de estreno, y la pegada tradicional de Rodrigo Garro, Talleres le ganaba al por entonces puntero Defensa y Justicia. Y estaba cerca del segundo con un “El Renacido” Diego Valoyes de nuevo como titular.
Pero el mejor actor resultó el Uvita Fernández, quien por la ola de calor se tiró de cabeza a la pileta. Penal fantasma cobrado por “el villano” de la película. Fernando Rapallini. Empate y bronca. “Todos en todas partes y la mismo tiempo”, coincidieron en que a Talleres le metieron la mano en el bolsillo. Rapallini insiste en que hubo falta. Le va a crecer la nariz como a Pinocho...
Y vino lo que vino. Juan Pablo Fassi agitó las redes con sus reclamos, y Pablo Toviggino respondió con un mensaje cuasi mafioso. Desde Talleres y de muchos lados se viene reclamando por una AFA más transparente y arbitrajes menos bochornosos. ¡Es la Liga de los campeones del mundo, Chiqui Tapia! Sin novedad en el frente.
INSTITUTO SE HACÍA LA PELÍCULA, FALTÓ EL FINAL
En Alta Córdoba se volvió a levantar el telón, e Instituto caminaba por la alfombra Albirroja en un primer tiempo estelar. Le ganaba a Atlético Tucumán con gol de Gabriel Graciani, un volante que actúa de delantero, y lo superaba por todas partes.
Pero expulsaron a Ezequiel Parnisari, y empezó una de suspenso. Porque el árbitro Sebastián Zunino quiso ser el más protagonista y le mostró una amarilla de más al zaguero. La patada voladora del Vikingo era para un doble de riesgo, es verdad, pero la expulsión fue inmerecida. No hubo falta.
Y cambió de manos el partido. El equipo de Lucas Bovaglio se quedó esperando la hora triunfal y la Gloria, como Argentina 1985.
BELGRANO, POR UN ROL MÁS PROTAGÓNICO
Guillermo Farré, que adaptó el guion de Belgrano, no cambió el libreto para recibir a Lanús. Faltaron los efectos especiales y la tecnología brilló por su ausencia, porque el árbitro Andrés Merlos no revisó en el VAR una mano en el área de Lanús, que podía cambiar la historia.
El Pirata sigue siendo un éxito de taquilla en el Kempes. De todos modos, al equipo le falta un rol más protagónico. Entró Bruno Zapelli, su figura que ahora es internacional (convocado por la Sub-20 de Italia), pero todavía no logra desplegar su arte en el escenario de Primera.