El 0 a 0 entre Talleres y Belgrano dejó con las ganas a todos, incluso al Pirata, para quien el cero era más redondo por ser visitante en un Kempes colmado, y jugar con uno menos todo el partido. El ganador de la fecha fue Instituto, que despachó a San Lorenzo y sigue creyendo.
Talleres y Belgrano prometían un duelo de alto vuelo, como los aviones Pampa que sobrevolaron el estadio. Venían de vencer a River y Boca respectivamente, de dos triunfos consecutivos cada uno, de seguir pensando en Copas Internacionales.... pero no despegaron.
Lo más rescatable como espectáculo en esta edición del clásico cordobés se vio en las tribunas de un Kempes colmado por una marea azul y blanca. El público de Córdoba, de Primera. El partido, fue de otra categoría.
AL PRINCIPIO, ERA PARA TALLERES
La tempranera expulsión de Alejandro Rébola, por último hombre y al talar a Valentín Depietri cuando encaraba para el gol, trastocó los planes. Talleres se desenfocó y no logró descifrar la ecuación de la ventaja numérica. Al menos Fernando Machado (ni el “Cacique” Medina”), no dijeron en el post partido que la expulsión de un rival no los favareció. Como aquella desafortunada frase de Juan Cruz Real.
Federico Girotti, quien festejó como un gol la tarjeta roja al capitán Celeste, y todo Talleres, parecieron creer que el partido estaba ganado desde el primer minuto. Y no fue así. Un 80 por ciento de posesión estéril, algo de Botta y un botazo de Miguel Navarro que dio en el palo. Y nada más.
AL FINAL, CASI LO GANA BELGRANO
En la última del clásico, cuando Belgrano había transpirado la camiseta corriendo detrás de la pelota, se le presentó la oportunidad más concreta del partido. Una contra del ingresado Pablo Chavarría a campo traviesa para quedar sólo ante Guido Herrera. Y la tiró afuera.
Era gol y victoria, ante todo un estadio, y para terminar con la racha de 18 años sin triunfos de Belgrano en partidos oficiales ante Talleres. “Me quedé sin piernas”, explicó Chava. Y esta vez, también se quedó fuera de la historia.
INSTITUTO NO ES UN CHISTE DE GALLEGOS
Después de tres fechas sin ganar, Instituto retomó con seriedad sus aspiraciones de ser internacionales y le ganó a un San Lorenzo deslucido, pese a su refuerzo estelar, el vasco Iker Muniain.