Ya son tres las denunciantes que acusan al cura cordobés Héctor Pinamonti de abuso sexual. El primer caso se dio en la localidad de Río Cuarto, cuando una joven de 34 años contó lo que le había ocurrido. A partir de ahí, se conocieron dos nuevos testimonios que acusan al religioso del mismo cargo.
La primera denunciante contó ante la Iglesia Católica que fue abusada sexualmente por Pinamonti en la década de 1990 en la casa parroquial de San Basilio, localidad del departamento Río Cuarto. Tras una investigación canónica, el obispo Adolfo Uriona, lo declaró imputable del delito de abuso sexual.
Tras esta decisión, Uriona le prohibió dar misa en público “por tiempo indeterminado”, pero sigue ligado a la institución católica.
Segunda denuncia
Sin embargo, las acusaciones no quedaron ahí sino que, el hecho logró que una segunda víctima del religioso hablara. En este caso, se trataba de una mujer de 55 años que precisó cuando tenía 11 años fue violada por el hombre.
La denuncia fue presentada en los medios y en la Diócesis de Río Cuarto.
Tercera acusación
Ahora, otra joven -de 34 años- se animó a contar lo que le tocó vivir. La declaración fue hecha al sitio Poster Central, donde aseguró haber sido abusada por Pinamonti antes de una misa en la parroquia de General Deheza, en el sur de la provincia de Córdoba.
Según su testimonio, ella llegó sola al establecimiento y como aún era temprano se quedó en una habitación tipo depósito que había detrás del altar. En ese lugar, se encontraba el religioso y otra mujer que ayudaba a recibir los pedidos para la misa.
Ante esta situación, el cura le pidió a la mujer que fuera hasta la casa contigua a buscar algo. Él se sentó en una banqueta alta, tipo bar, y llamó a la joven, que en ese momento tenía entre 8 y 10 años.
“Cuando la mujer se fue me dijo que me acercara, me agarró la cabeza y comenzó a frotar mi cara contra su pene. Yo me alejé porque me di cuenta de que eso no estaba bien. Cuando me quise ir me dijo que lo salude, me acerqué y le puse la mejilla. Me agarró la cara y me besó en la boca, me dijo que no sólo los novios y las mamás o los papás daban besos en la boca, y mientras tanto me tocó”, dijo la denunciante.
Contar el calvario muchos años después
“Si hoy hablo es para sincerarme conmigo y para darle ese voto de confianza a los niños, para que hablen, que no está mal. Creo que si bien hoy hay educación sexual, los padres siguen otorgando importancia a figuras como los curas y se tendrían que cuidar un poco más”, expresó la joven.
Pinamonti hoy tiene 89 años y vive en Sampacho. En su largo recorrido pastoral estuvo a cargo de distintas parroquias en localidades del sur de la provincia de Córdoba.
Jacqueline Cattaneo, es abogada de las tres víctimas y precisó a La Voz: “Por el momento la sobreviviente hizo público su testimonio. Estamos evaluando la vía judicial”.