Córdoba no está ajena al actual conflicto Rusia-Ucrania y hace algunos días, arribó la primera refugiada ucraniana. Se trata de Kateryna Gorokhova (43), quien pasó por cuatro países antes de poder llegar a Argentina, y posteriormente a la provincia. “Todavía tengo miedo”, relató.
“Tuve que dejar lo que tenía para escaparme, para huir de la guerra. Cuando perdés todo, es grande la incertidumbre”, contó la mujer a La Voz, medio que dio a conocer su historia. Kateryna viajó 11 días para finalmente aterrizar en Ezeiza el pasado 6 de marzo.
Sin embargo, en las sierras de Córdoba vive un amigo, Jorge Culjak, que la esperaba para hacer todos los trámites migratorios. Este jueves, asistirán a la Dirección Nacional de Migraciones para gestionar la residencia humanitaria en la Argentina.
La historia de Kateryna
Kateryna vivía sola en Jersón, una ciudad ubicada al sur de Ucrania, y trabajaba como diseñadora de interiores freelance, hasta que se desató la guerra. Ese día, decidió escapar. “Tuve que dejar el departamento con todas mis cosas”, relata.
Y cuenta: “Jersón fue la primera ciudad que bombardearon. No hubo corredor humanitario. Nos quedamos sin agua, sin comida, sin electricidad, sin servicios médicos. El único corredor ofrecido fue en la ciudad de Mariúpol”.
Con la guerra a su alrededor, Kateryna viajó en su auto hasta llegar al límite con Moldavia, donde abandonó el vehículo y siguió el viaje a pie hasta el país vecino. Allí le dieron albergue, alguna vestimenta y artículos de higiene en un centro cristiano de acogida de migrantes.
Dos días después, llegó a Rumania, donde estuvo en un centro similar, hasta que pudo viajar a Alemania para embarcar rumbo a la Argentina. “Los ucranianos somos gente de paz. Ucrania nunca tuvo intención de entrar en guerra con nadie. Es gente amistosa como es la de Argentina; gente buena”, expresó.