El cordobés que llegó a Ucrania un día antes de la invasión rusa y tuvo que huir a Polonia

En menos de un día tuvo que ir a un búnker y luego emprender la salida hacia Polonia.

La odisea que vivió Leandro Vettulo junto con otros cuatro cordobeses intentando escapar de Kiev antes de que los bombardeos rusos se intensificaran. (Gentileza)
La odisea que vivió Leandro Vettulo junto con otros cuatro cordobeses intentando escapar de Kiev antes de que los bombardeos rusos se intensificaran. (Gentileza)

Leandro Vettulo es cordobés de Río Cuarto, tiene 35 años y llegó a Kiev, Ucrania, sin saber que en menos de un día tendría que refugiarse en una estación de subte devenida en búnker ante el avance de la invasión rusa y los bombardeos sobre esa ciudad a la que acababa de llegar.

Así comenzó una inesperada situación en la que lejos de acomodarse a su destino tuvo que buscar, junto con otros compatriotas, la manera de salvar la vida y ponerse en camino hacia Polonia, donde ya están junto con otros miles de refugiados que lograron huir de la agresión de la tropas rusas.

Ya a salvo en tierra polaca, Leandro cuenta que esta en un hotel de Varsovia, con otros argentinos que llegan desde Ucrania y son asesorados por la Embajada argentina en Polonia.

Según relató es especialista en marketing digital y pensaba sumar experiencia unos meses, plan que se fue por borda: “Sabíamos que había noticias de conflicto, pero todo lo que se hablaba era de la posibilidad de una escalada de agresión a largo plazo, no en lo inmediato”, dijo a La Voz, este miércoles.

“Una vez que llegamos a Kiev fuimos a pernoctar a un lugar que habíamos reservado por Airbnb y dormimos en ese lugar; así pasamos nuestra primera noche. Había comentarios de que algo pasaba, pero no le dimos tanta importancia”, contó sobre sus primeras horas en Ucrania.

Pero todo cambió al despertar, en esa primera mañana ucraniana: “Sonaban sirenas y la gente escapaba a los búnkeres, nosotros nos fuimos directo al que nos quedaba cerca, dentro de una estación de metro a unos 200 metros de donde estábamos”, relató.

“Los búnkeres son refugios que se arman en las estaciones de metro y por los cuales vas accediendo bajando muchas escaleras. Son pasillos oscuros y que sólo están preparados para protegerse del exterior, no hay ninguna asistencia dentro de ellos”, detalló.

Varias horas después, pudieron salir a comprar algo comida, pero la cosa no fue fácil ni exitosa, según relató, ya que volvieron a sonar las alarmas y debieron regresar a la estación de subte: “Compramos unas pocas cosas para calentar, pero en los búnkeres no había electricidad ni agua y los baños eran tres huecos que compartíamos tanto varones como mujeres. Era una situación terrible”, recordó.

La asistencia de la Embajada Argentina en Ucrania

Superado el momento crítico, llegó el momento de realizar los primeros contactos con la Embajada argentina en Ucrania: “En todo momento nos atendían, nos aconsejaban, pero no nos daban soluciones concretas. La comida y el transporte los sacábamos de nuestro bolsillo”, criticó.

Desesperados en su intento por escapar de Ucrania buscaron medios pero no los hallaban: “No conseguimos boleto el primer día, nos volvimos y empezamos a barajar otras maneras de salir, como contratar un transporte privado, pero todas las aplicaciones estaban bloqueadas”, se alarmó.

Leandro destaca que desde la Embajada les comunicaron que les iban a reservar tickets para que ir a Lviv, a unos 700 kilómetros de donde estaban, pero la cosa no prosperó: “No había tickets reservados, de hecho los trenes a esa altura eran gratuitos y en los primeros se llevaban a las mujeres y a los niños”, relató.

“Desde el primer momento que nos contactamos con la Embajada argentina en Ucrania, nos prometieron cosas que no cumplieron y el transporte para cruzar hacia Polonia no fue la excepción”, protestó.

Finalmente, la solución llegó y los cordobeses viajaron en dos automóviles hacia Polonia: “Las horas no pasaban más, quería salir de ese país, quería irme, a tal punto que sólo me importaba mi situación personal. Fue una experiencia terrible”, finalizó.

“Lo tomo como una experiencia de vida, un aprendizaje. Si pudimos sobrevivir a una situación como esta, podemos hacer muchas cosas más”, dijo por último.