José Luis Sosa tenía 18 años cuando se descompensó y murió en medio de una clase. El joven cursaba el último año en la escuela Ipetym 257 René Favaloro, de la localidad cordobesa de Laboulaye. El deceso está en investigación y sus padres sospechan que las autoridades no actuaron con la premura del caso.
José estaba en medio de un examen y procedía entregar la hoja cuando cayó desplomado al suelo, según contaron compañeros del joven. Algunas versiones indicaron que fue un alumno el que llamó a la Policía y luego, los efectivos se contactaron con un servicio de emergencias.
Si bien el joven fue trasladado al hospital regional Ramón Cárcano, los médicos nada pudieron hacer para revertir el fatal desenlace. Tras el hecho, la fiscalía de Laboulaye investiga el deceso bajo la carátula de muerte de etiología dudosa.
EL RECUERDO DE LOS PADRES DE JOSÉ Y LAS SOSPECHAS CONTRA LA ESCUELA
Este miércoles a las 15, la familiares y amigos de José marcharon hacia el colegio para recordar la muerte del adolescente. Bajo carteles de “Justicia por José”, sus allegados y amigos encendieron velas y rezaron por el joven que cursaba su último año de secundario.
Estela Hernández, abogada de la familia de la víctima, señaló que los padres de José sospechan de la actuación de las autoridades al momento de la descompensación. En diálogo con LV20 Laboulaye, la mujer expresó: “Los padres sienten que no se hizo todo lo que se podría haber hecho. Por eso vamos a ver qué dicen las pruebas”.
La letrada recordó que las versiones de los compañeros de José señalaron que el joven se levantó a entregar el examen, cayó arrodillado y luego, se desplomó en su totalidad. “Un compañero sería el que llamó al 911 y la Policía contactó al servicio de emergencias”, precisó.
LA JUSTICIA INVESTIGA LA MUERTE DE JOSÉ
Los padres de José se constituyeron como querellantes de la causa, y han solicitado informes a las instituciones que intervinieron para saber cómo fueron las actuaciones. “Quieren saber si las autoridades actuaron bien, no se sabe si alguien lo ayudó. En el hospital, dijeron que si el chico hubiese llegado antes, la historia hubiese sido diferente”.
Hernández señaló que la familia tiene un único objetivo: “que esta falta de protocolos en la escuela no ocurra nunca más”. En este sentido, agregó: “Es fundamental no pensar que es una broma ni mucho menos. Actuar en emergencias debe tener un protocolo, que cada autoridad lo sepa y esté capacitada al respecto”.
Respecto a los pasos de la investigación, la abogada precisó que se están presentando los informes de la escuela, la Policía y el hospital. “Ahí se verá si hubo demoras en la llamada de emergencia, cómo fue la atención primera, etc.”, cerró.