El domingo 16 de noviembre, una pareja de policías informó el hallazgo de restos humanos en un microbasural a cielo abierto en barrio General Urquiza. El primer indicio fue un muslo que presentaba un tatuaje y tras un intenso rastrillaje en los últimos días, encontraron más partes del cuerpo: las manos, los brazos y las piernas, contenidos en dos bolsas negras de consorcio.
La aparición de estas extremidades permitió un avance en la identificación de carácter científico. Fuentes de la causa señalaron a La Voz que las huellas digitales fueron la clave para saber a quién pertenecía el cuerpo.
Identificaron a quién pertenecen los restos humanos encontrados
La víctima fue identificada como Camila Merlo, quien era oriunda del interior provincial y se había asentado en la Capital hacía meses. Las fuentes revelaron que no poseía un domicilio fijo y muchas veces pernoctaba en la vía pública. Asimismo, investigaciones judiciales indicaron que, durante su adolescencia y juventud, su familia había ordenado varias búsquedas de paradero.
Tras escapar en reiteradas ocasiones de su hogar materno, donde habría crecido en un ambiente de violencia, la joven decidió establecerse en Córdoba. Aquí comenzó a sustentarse mediante tareas informales y la práctica de la prostitución.
El cuerpo investigativo sostiene que la muchacha se encontraba expuesta a múltiples riesgos. Trabajaba en diferentes sectores de la ciudad sin establecer un punto fijo de residencia. Este tipo de situaciones suele agravarse porque, según explicaron fuentes judiciales, las familias a menudo dejan de seguir los rastros de las mujeres más vulneradas después de los 18 años, lo que se traduce en la ausencia de denuncias ante una desaparición posterior.
La búsqueda de los criminales en Córdoba
Por el momento, no existen pistas sólidas sobre los momentos previos a su asesinato. La hipótesis principal que manejan los investigadores es la de un hecho de violencia de género. Esta conclusión se desprende del modus operandi presuntamente utilizado por los atacantes.
Desde la “zona cero,” donde se encontraron los primeros rastros, la Justicia continúa realizando rastrillajes y relevando datos. Se intenta reconstruir el entorno más cercano de la mujer para determinar si contaba con una rutina fija o para obtener detalles sobre sus últimas interacciones sociales. Sin embargo, la ausencia de cámaras de vigilancia activas en la zona se convirtió en una limitación importante para el avance de la causa.
Familiares y amigas de Camila, a quien llamaban “China”, ya demandan justicia. Convocaron a una marcha para este martes a las 20 en la intersección de Catamarca y Maipú, en el Centro de Córdoba. La movilización tiene como propósito pedir justicia por Camila y hallar a los responsables que le quitaron la vida.



































