Los acordes de cualquier tango que suene en algún reproductor en el lugar del mundo en el que elija estar hacen que Fernanda Qüesta, automáticamente, “pare la oreja”. Allí, en ese momento mágico, su cuerpo y alma se predisponen para que la danza y la magia de la misma se empiecen a manifestar en forma de arte, de baile y de pasión.
Su formación tanguera fue paralela a sus carreras de licenciatura en comunicación social y locución nacional. Ese vínculo, además, le sirvió para seguir difundiendo la música “ciudadana”, como la llaman. Formó y forma parte del programa La Ciudad en que Vivimos, que conducía Américo Tatián en radio Universidad de Córdoba.
Pero el destino y el tango, la llevaron lejos de su ciudad natal. Ella misma le cuenta su historia a Vía Córdoba: “Siempre estuvo en mí el deseo latente de conocer otras culturas, idiomas. Apliqué a una visa work and study, en Australia, con el objetivo de aprender inglés, viajar y conocer. Y también quería ver si podía enseñar tango allá”.
Con el tango al Ópera House de Sidney
Fernanda no puede creer lo que vivió en el país más grande de Oceanía: “Llegué el 1 de junio del año pasado. La primera semana, aún con jetlag, muy cansada dije que quería bailar y algunos argentinos me invitaron a una milonga que se armó allá. Me vieron bailar, me preguntaron si era argentina, si enseñaba tango. Y armé un circuito de alumnos, a vincularme con otros maestros y empecé a dar clases en Sidney”.
Al poco tiempo le llegó una propuesta que no pudo rechazar: bailar en el mismísimo teatro Ópera House, emblema cultural y turístico de la capital australiana. “De la mano de un amigo argentino que conocí en Australia, pude bailar en el Opera House en un homenaje a Piazzola, en colaboración con la Embajada Argentina”, contó Fernanda.
Ese hecho histórico para su carrera fue como un espaldarazo para seguir adelante. “Fue algo importante. Llegar a bailar en ese teatro es un hito importante para cualquier bailarín. No me lo esperaba. Terminé dando clases y bailando. Y, en cierta forma, cumpliendo el sueño de bailar, enseñar y practicar inglés”, se alegró la locutora y bailarina.
De Australia a Europa en un tango
Luego de esa exitosa experiencia en Australia, Fernanda Qüesta dejó Oceanía y viajó a Europa. ¿El sueño? El de siempre: seguir difundiendo y bailando esa pasión del tango definida por el periodista Américo Tatian como “avenida de una sola mano”.
Fernanda, desde Siracusa, Italia, agregó: “Cuando bailo tango, baila mi historia conmigo”. Con su anhelo bien claro, la bailarina y comunicadora, contó: “Migré en búsqueda de desafíos, crecer de manera personal, motivada por mis sueños de encontrarme en escenarios diversos y encontrarme un poco conmigo”.
Anduvo desparramando su arte del tango danza por Suecia, Dinamarca y Alemania. Luego, llegó a Italia en donde está tramitando su ciudadanía para poder seguir trabajando en el Viejo Continente. “Hasta ahora he vivido experiencias inolvidables. El tango me abrió puertas enormes y me presentó situaciones impensadas. Al momento tengo muchos proyectos”, se ilusionó Fernanda.
Su sueño sigue cimentado con concreciones de ofertas para ir de gira por Turquía con la compañía Danza Teluria. “Son un grupo de artistas independientes, sumamente talentosos de tango y folklore. Estoy entusiasmada porque de mayo a noviembre estaré de gira con ellos”, explicó.
La virtualidad le permite seguir conectada y haciendo informes sobre su experiencia en el programa de tangos de Radio Universidad. “Pienso seguir aportando a distancia, difundiendo y contando cómo se viven las milongas y encuentros en Europa”, afirmó Qüesta.
Volver no es solo el tango más conocido de Gardel
Para una argentina que eligió seguir su sueño de bailar y enseñar tango en países lejanos, el volver a Argentina siempre está latente. Ella misma lo explicó: “Como dice el tango ‘Aunque no quise el regreso, siempre se vuelve al primer amor’. No sé cuándo voy a volver. No lo tengo claro, no lo podría responder ahora. Pero sé que siempre uno vuelve a Argentina, a Córdoba porque es mi identidad, porque es quien soy. Uno cuando viaja extraña su lugar de origen y siempre voy a estar volviendo”.
Mientras tanto, sigue viajando, conociendo gente, bailando, enseñando esa pasión hecha danza. Y dejó con una linda definición: “La milonga (lugar donde se baila y se difunde el tango) para mi siempre fue mi refugio. Al migrar, el argentino siempre se siente en casa cuando escucha un tango”.
Y cerró diciendo: “Estoy llena de expectativas, proyectos y con mucho entusiasmo por lo que vendrá. Estoy muy contenta con esta experiencia y esperando seguir creciendo personal y profesionalmente”.
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