En una fría noche cordobesa, en el Kempes se congregaron cerca de 40 mil personas para alentar a Talleres que, ya clasificado a octavos de final, recibía a Cobresal por la fecha 5 del Grupo B de la Copa Libertadores. El equipo cordobés tiene el objetivo de terminar primero para tener un mejor cruce en la próxima instancia y definir de local.
En la previa, en el momento de las formaciones difundidas por la voz del estadio, hubo aplausos para Guido Herrera, Rubén Botta y Nahuel Bustos, quien volvía a ser titular. Y, cuando salieron a realizar los movimientos precompetitivos, la gente entraba en calor como podía en las tribunas.
A medida que se fue acercando el horario de comienzo se agolpó más gente en las gradas. Y, cuando salieron los equipos, hubo fiesta de recibimiento con banderas, globos, fuegos artificiales y un solo grito: el de los hinchas albiazules. Sólo un centenar de hinchas trajo Cobresal que se ubicaron en una fracción de la popular Artime.
Así fue el recibimiento para Talleres y Cobresal:
El reconocimiento de todo Talleres para Leandro Requena
Hubo dos momentos en el que los hinchas de Talleres desviaron unos segundos su aliento y su atención. Uno fue cuando la voz del estadio nombró las formaciones de los equipos. Allí, en una grabación, pasó el nombre de cada uno de los titulares y suplentes de la T que jugaron el partido ante Cobresal.
Pero, cuando el locutor dio la formación de los trasandinos, bajaron aplausos cuando se pronunció el nombre y apellido de Leandro Requena. Los hinchas aplaudieron.
Pero fue más ferviente el aplauso cuando el propio Requena ocupó, en el primer tiempo, el arco que da a espaldas de la popular Willington. Allí el aplauso fue más cerrado y mucho más sonoro a lo que el cuidapalos agradeció saludando levantando los brazos.