Mientras continúan investigando los detalles del brutal crimen de Agustín Ávila, de 16 años, durante la madrugada del domingo en Jesús María, su padre pidió que se haga justicia. Gustavo Ávila contó que este martes por la tarde se llevará a cabo una marcha para exigir que los responsables reciban su pena.
En diálogo con Arriba Córdoba, el hombre contó que esa trágica noche, los agresores “tuvieron una pelea en el boliche y cuando salieron se toparon con Agustín y le quitaron la gorra”. “Agustín, que andaba solo con familiares, vuelve a buscar su gorra y ahí es cuando lo patotean”, detalló.
“Unos 20 chicos lo agarraron, pero hay un solo detenido que es menor y está en el complejo Esperanza”, señaló sobre los culpables de que su hijo ya no viva más. En este sentido, convocó a una marcha a las 18 frente al Anfiteatro José Hernández para “que haya justicia por mi hijo, porque no puede ser que salga a la calle y lo maten por una gorra”.
“Que caiga el que tenga que caer. Yo quiero que paguen todos y si son inimputables como dice la Justicia, que paguen los padres porque esto no puede ser. Ahora lo mataron a él pero mañana puede ser otro chico”, aseguró el padre del adolescente ultimado de un puñalada. “Él no va a volver pero yo quiero justicia por el acto de maldad que hicieron. No puede ser que no puedas dejar a tu hijo salir a dar una vuelta”, sentenció.
El caso del adolescente asesinado en Jesús María
Agustín Ávila (16) fue asesinado en la madrugada del domingo frente al Anfiteatro en el que se desarrolla el Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María. Allí, el adolescente fue abordado por una patota que lo golpeó salvajemente y le quitó la vida al producirle varios cortes en el cuello.
El dramático testimonio de una testigo del crimen en Jesús María
Una mujer que presenció el macabro ataque de la patota contra Agustín Ávila aseguró, en diálogo con Radio Suquía: “Vimos una corrida de chicos de media cuadra, le pegan a este chico y se vuelve con otro más, pero ya lo traía desmayado y todo ensangrentado”.
“Lo tuvo que soltar porque le seguían pegando desde atrás. No era una pelea entre bandas, era el chico muerto con uno más, contra unos 15 o 20 adolescentes, todos menores. Cuando llega a donde estábamos nosotros, una chica le pegó con una botella de vodka en la cabeza. Ahí, el acompañante se escondió detrás de un contenedor para que lo dejaran de golpear”, aseveró.
En cuanto a la compañía de la víctima, la mujer reconoció que rápidamente llegó su madre, “empezó a llamar al marido, que estaba comprando algo, para pedirle que llevara el auto para sacar a Agustín, que le habían pegado”. “Nadie pensó que estaba muriendo. En un momento tembló y suspiró. Ninguno, ni los policías que estaban ahí, pensamos que se estaba muriendo, sino le hubiéramos dado otro tipo de auxilio”, explicó.
“En eso llega el padre y cuando lo estaban por subir, llegó la ambulancia y le dijeron que no tenía signos vitales. Empezaron a reanimarlo, la madre se tiró al piso, el padre gritaba. Fue horrible”, recordó la testigo.