La inseguridad en las calles y barrios de Córdoba crece día a día y no conoce límites. Un comedor ubicado en barrio Maldonado sufrió dos robos en 10 días y las víctimas reclaman ayuda del Estado porque “con promesas no hacemos nada”.
Se trata de una de las obras del cura Mariano Oberlin en la zona este de la ciudad. Puntualmente, en la bajada San José. La noche del lunes 26 de septiembre sufrieron el primer ilícito cuando les desmantelaron los baños que habían sido reacondicionados.
El segundo robo ocurrió esta semana pero quienes atienden el lugar se percataron recién este viernes 7 de octubre, cuando fueron a reacondicionarlo. “Nunca habíamos tenido ataques de esta dimensión y duele que nadie sepa ni haya visto nada”, aseguró la coordinadora del centro, Graciela Córdoba, a La Voz.
Cómo fue el segundo robo en barrio Maldonado
En el segundo robo, los delincuentes armaron una escalera con ladrillos y entraron por el techo del comedor. Todo lo que se llevaron tiene un elemento en común: el metal. En la heladera y en unos armarios había alimentos, pero no fueron robados, solo el aluminio y el cobre.
Los daños en esta oportunidad fueron mayores y las voluntarias creen que, a pesar de la solidaridad de los vecinos, no podrán afrontar los arreglos para volver a abrir. Cabe destacar que el comedor alimenta a 75 familias.
A la par, funciona un merendero y actividades de contención y prevención comunitaria, además de talleres de oficios brindados por el Ministerio de Trabajo, actividades deportivas y apoyo escolar, que lleva adelante la fundación Manresa.
Las palabras de las víctimas del comedor del padre Oberlin
“Hacen falta arreglos e insumos para poder hacer nuestra tarea. Hace 10 días nos robaron los sanitarios, ollas, cubiertos y vajilla. Esta vez vinieron por lo que faltaba. No contamos con los recursos para afrontar este tipo de situaciones, porque dependemos de un programa alimentario de Naciones Unidas que funciona hace más de 20 años y el dinero es específicamente para alimentos”, lamentó Graciela.
“Cada vez que hay elecciones, nos prometen ayudarnos. Este lugar ha sido declarado monumento histórico y patrimonio de la humanidad, porque es una construcción jesuita de 150 años. Pero con las declaraciones no solucionamos nada”, sentenció una de las mujeres que colabora en comedor que no cree poder volver a abrir sus puertas.