Rubén tiene 36 años y quedó solo con sus cuatro hijos, luego de que su mujer murió a causa de un aneurisma a muy pocos días de ser mamá por cuarta vez, hace ya dos meses, y desde entonces se encuentra en una situación extrema, justo en los días más fríos del año.
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Por estos meses, el hombre vive con sus dos hijos varones en una casa muy precaria que incluso no está completamente techada, mientras que su prima lo ayuda cuidando a las dos nenas, una de ellas de apenas dos meses, relata.
Por suerte, no es solamente la prima quien lo asiste mientras el está convaleciente, si no que también tiene otros “ángeles” guardianes.
“Estoy solo, soy diabético y tengo un pie lastimado por eso las nenas están con mi prima”, cuenta Rubén, en diálogo con El Doce y dice: “hace mucho frío acá y hasta que no me cure el pie no puedo hacer nada”, lamenta.
A su lado, Lorena, una cordobesa que conoció la historia por el Facebook de una vecina se acercó y comenzó a ayudarlos hace un mes, dice: “hay noches en que no puedo dormir pensando en la situación que viven, el frío que están pasando...” dijo con voz quebrada y agregó que “hay gente que está colaborando, su prima cuida a los niños y otros estamos acompañándolo para que pueda conseguir una vivienda digna”, comenta.
Con la esperanza de recuperarse pronto de su pie lastimado, el hombre dice que necesita materiales de construcción que le permitan poner en condiciones la casita donde actualmente aguantan estoicamente los días helados del invierno.
Las personas que deseen ayudarlo pueden comunicarse con sus vecinos al 351 3270485.