Con el Kempes que comienza a ser un hervidero, los planteles de Talleres y el San Pablo llegaron al estadio una hora y media antes del juego, pautado para las 20.30.
Una multitud va poblando el mundialista y se espera un recibimiento inolvidable para la T, que después de 17 años vuelve a competir en el máximo torneo a nivel continental.