Tiene seis años y acaba de vivir una de las experiencias más lindas de su infancia. Para ella, que es amante del fútbol y sueña con jugar pronto en un equipo femenino, haber compartido "cancha" con sus ídolos formará parte de sus recuerdos más preciados.
Pilar Passadore es cordobesa y el sábado 16 de junio, gracias al concurso De la mano al Mundial, organizado por McDonald's, ingresó al campo de juego del Estadio Spartak de Moscú de la mano de uno de los integrantes del seleccionado albiceleste. Argentina debutaba en el Mundial Rusia 2018 ante Islandia y la cordobesita pudo vivir un momento inolvidable.
"Entré a la cancha con Salvio, yo quería a Masche (por Mascherano). Me latía mucho el corazón y pude ver a mi papá que estaba con el teléfono. Me dieron una medalla", dice Pili a Día a Día + Vía Córdoba.
Guido Passadore es el papá de Pilar y quien la acompañó en esta aventura mundialista. "Fue un momento muy emocionante. Estaba en un estadio gigante, con la mayoría de argentinos y viendo a mi hija ahí, no paraba de lagrimear. Cuando ella llegó adonde estaba yo fue otra emoción porque venía con una sonrisa grande, enorme. Nos fundimos en un abrazo único", relata.
Quien dio el puntapié inicial en esta historia fue la mamá, Inés Rusculleda, quien ni bien se enteró de la campaña iniciada por la marca no dudó en participar. "Hace varios años que Pilar viene insistiendo con que le gusta el fútbol y quiere ir a aprender. Siempre pide camiseta, equipo o botines", cuenta Inés.
Y agrega: "Este año estuvimos tratando de ubicar una escuelita (de fútbol) en la que la aceptaran; no hay escuelas de fútbol femenino para nenas tan chiquitas. Pero si no jugaba al fútbol no quería hacer nada. Desde marzo o abril va al Complejo Fénix, es la única nena pero está feliz".
Pilar viajó a Rusia con su papá y ahora los dos están más enganchados con la competencia. Ni Guido ni Inés son futboleros, ambos vienen de otros deportes (rugby y gimnasia artística, respectivamente), y fue Pili quien introdujo la disciplina en la familia.
"Lo increíble de la historia de Pilar es que ella no tuvo ninguna influencia de ningún familiar o amigo. Un día vio una pelota y empezó a correr, a jugar en su colegio con los varones. En los recreos juega al fútbol y los días de gimnasia va con sus botines. Eso es el fútbol, la pasión despertada de la nada misma", explica el papá.
El fútbol es una de las prioridades en la vida de Pili y haber participado de la campaña De la mano al Mundial también le dio la posibilidad de conocer a quienes admira. "Messi y Masche me gustan mucho los dos. A Masche ya lo había conocido en Buenos Aires, le pedí consejos para el mediocampo (donde le gusta jugar a ella). Me dijo muchas cosas y me dio besitos", cierra.