La gripe o influenza es una enfermedad viral respiratoria que se presenta de manera habitual en los meses más fríos del año.
El bajo índice de humedad y las escasas temperaturas propias de la época invernal, hacen que las gotitas que contienen partículas virales queden suspendidas más tiempo en el aire, se dispersen y, por lo tanto, aumenten las posibilidades de transmitirse.
A esto se suma el hecho de que, cuando la temperatura es baja, los virus sobreviven períodos más largos, y también a que en invierno las personas comparten más tiempo en espacios cerrados, lo que aumenta las oportunidades de contagio.
Dentro de los virus responsables de las infecciones respiratorias estacionales, los más frecuentes son los virus de Influenza (gripe) tipo A y B.
Síntomas y medidas para prevenirla
Los síntomas más comunes de la gripe son: fiebre mayor a 38 ºC; tos; congestión nasal; dolor de garganta, de cabeza y muscular; y malestar generalizado.
En los niños, pueden presentarse también problemas para respirar; vómitos o diarrea; e irritabilidad o somnolencia.
Estos síntomas suelen aparecer a las 48 horas del contagio, y la mayoría de las personas afectadas se recupera con una o dos semanas con reposo y sin necesidad de recibir tratamiento médico.
Sin embargo, en embarazadas, niños pequeños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas, la infección puede conllevar graves complicaciones, y poner en riesgo la vida.
De allí que la vacunación oportuna en estos grupos representa la herramienta de mayor eficacia e impacto para la prevención y, en ese sentido, se recomienda su aplicación antes de la llegada del invierno.
Por otra parte, y teniendo en cuenta que la gripe, al igual que otras infecciones respiratorias, se transmite por contacto con secreciones de personas infectadas diseminadas al toser o estornudar, y de superficies u objetos contaminados con estas secreciones, otras medidas de prevención son: lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón y transmitir este hábito a los niños, tanto en el hogar como en la escuela.
Cubrirse la boca o la nariz al toser o estornudar con pañuelos de papel o con el pliegue del codo.
Ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y ambientes cerrados.
Mantener limpios picaportes y objetos de uso común.
Además, se recomienda a la población que, ante cualquier síntoma de gripe, acuda a la consulta a un centro de salud, guarde reposo, tome abundante líquido y no se automedique.
Quiénes deben vacunarse
Como cada año, la vacuna está disponible en forma gratuita y obligatoria en los 800 vacunatorios de toda la provincia para los siguientes grupos de riesgo: Embarazadas, en cualquier trimestre de la gestación.
Puérperas. Hasta el egreso de la maternidad (máximo 10 días), en caso de no haber recibido la vacuna durante el embarazo. El momento fundamental de vacunación es durante el embarazo, ya que esta acción permite proteger a la madre y al bebe mediante el pasaje de anticuerpos por la placenta.
Niños de 6 a 24 meses de edad, inclusive. Deben recibir dos dosis con un intervalo de al menos 4 semanas entre cada una.
Adultos a partir de los 65 años.
Personas de 2 a 64 años de edad, que presenten ciertas condiciones en su salud consideradas de riesgo: enfermedades respiratorias y/o cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, obesidad, diabetes, pacientes oncohematológicos y trasplantados y/o con insuficiencia renal crónica en diálisis, etc. Una dosis anual presentando orden médica, que indique la patología de base.
Equipo de salud y personal esencial (fuerzas de seguridad, bomberos, autoridades gubernamentales, etc.).
Consultas: Programa de Inmunizaciones, Área de Epidemiología. Hospital San Roque Viejo. Rosario de Santa Fe 374, 1er piso. Córdoba. Tel: 0351 429-1349 (interno 233) – E-mail: inmunizacionescba@gmail.com