Un detenido por el robo y crimen de un policía en barrio Los Gigantes

Un joven de 24 años está detenido por el asesinato de Luis Sosa, acribillado en la cocina de su casa de barrio Los Gigantes el 21 de octubre último. El otro supuesto delincuente murió de manera violenta casi un mes después.

Un detenido por el robo y crimen de un policía en barrio Los Gigantes
El sargento Sosa fue asesinado en el interior de su casa de barrio Los Gigantes en octubre\u002E

El suicidio de un hombre en barrio Marqués Anexo fue clave para esclarecer el asesinato del policía Mario Luis Sosa (42), quien el 21 de octubre a la madrugada recibió un disparo en la cocina de su casa de barrio Los Gigantes anexo, en el marco de un robo.

El hombre que se quitó la vida casi un mes después del crimen de Sosa habría utilizado el arma con la que fue ultimado el policía, y esa línea de investigación siguió el Departamento de Homicidios de la Policía de Córdoba para dar con el otro sospechoso de haber participado del sangriento robo: Carlos Castaño, de 24 años, fue arrestado el miércoles en Marqués Anexo.

Ambos –el joven que se suicidó y Castaño– tenían antecedentes por delitos similares, por lo que quedaron en la mira de los investigadores.

El fiscal Marcelo Fenol imputó a Castaño por ser el presunto autor del delito de homicidio en ocasión de robo. También ordenó la detención y traslado a la cárcel de Bouwer.

Además fueron secuestrados dos vehículos, uno de los cuales habrían utilizado los ladrones la fatídica madrugada del robo al sargento Sosa. Las pericias determinarán si esa sospecha se confirma.

Además, la investigación podría confirmar un nuevo dato: la presencia de un tercer integrante de la banda, un partícipe que no ingresó a la vivienda y tenía el rol de esperar con el auto en la puerta, para la huida.

La investigación policial también se enfocó en la "metodología" del robo: aquella madrugada, a eso de las 3.50, los ladrones rompieron la puerta de la casa 169 de la manzana 69, en Los Gigantes Anexo, e irrumpieron en la casa del policía Sosa, quien buscó su pistola reglamentaria arriba de la heladera.

En la cocina el sargento Sosa se encontró con los ladrones, quienes le dispararon tres veces: en la cabeza, en el brazo y en el estómago.

Murió ahí mismo, frente a la desesperación de su esposa e hijas, mientras los ladrones se perdían en la noche de la zona norte de la ciudad de Córdoba.

La investigación de Homicidios incluyó testimonios, análisis de modus operandi, pericias y análisis de sábanas telefónicas para detectar cruces de conversaciones entre los presuntos cómplices.

Aunque en algún momento se investigaron distintas hipótesis que ponían al sargento que prestaba servicio en la Comisaría Sexta de barrio General Paz como eje de algún tipo de venganza, todas se fueron cayendo con el correr de los días: ahora se sabe que se trató de un sangriento robo al azar y que el uniformado intentó repelerlo. No hubo una venganza o alguna cuestión intrafamiliar.