Por Jorge Luna Arrieta
No hay metáforas. No hay frases con intenciones a decodificar. En cada letra, en cada acción, Pepo San Martín dice lo que siente. Y bien clarito. El cantante y guitarrista de Científicos al Palo está en Córdoba para una nueva presentación de esta banda marplatense. Será este viernes, en Refugio Guernica (Tillard 115), con entradas a 320 y 170 pesos, en puntos de venta Edén.
El motivo es la presentación de Justicialista Volúmen 1, disco que abre la trilogía que se planten los muchachos.
"Estamos muy felices. Fue la primera vez que pudimos grabar con el tiempo y el presupuesto correctos. Tocamos más sueltos y quedó muy bien. Y la recepción del público es impresionante, para la liga en la que jugamos", le contó Pepo a Día a Día.
–Tienen en su historia discos conceptuales. ¿Esta trilogía cómo se enmarca?
–Es un homenaje a Sandinista, de The Clash. Queríamos hacer una obra así de grande. El volumen 2 será una especie de disco en vivo, con temas de nuestros primeros discos. Son canciones que nos gustan mucho y que por negligencia o por los presupuestos que teníamos en su momento no suenan bien. Queremos traerlos a un audio más actual. Y el tercer volumen serán más canciones nuevas.
–Es una apuesta grande un trabajo así. ¿Hubo mucha distancia entre la idea original y poder llegar a plasmarla?
–No. Y fue el disco más veloz en términos de composición. El anterior disco (El maravilloso mundo animal) lo terminamos de grabar, pero pasaron como ocho meses hasta que se editó. Y en ese período ya me puse a hacer canciones, que son estas 12. Ya tienen casi dos años. Eso dio tiempo para probarlas. Y hasta hubo más ideas, pero ya eran muchas para un solo disco. Por eso me dieron ganas de llevar todo esto a una obra triple, que nunca habíamos hecho.
–Hay una parte de una letra que dice 'quiero ser periodista para mentir'. ¿Cómo es eso?
–Jaja. Qué bueno que la hayas leído. El fenómeno de los medios es para debatirlo por años. Pero el contexto actual de los medios, para gente que piensa como yo, es adverso. Cuando el que estaba en el Gobierno me representaba a mí, no había una voz concordante y única. Ahora, que hay un Gobierno que no me representa, no tengo esa opción de ver canales o medios que critiquen. Nunca vi al 95 por ciento de los medios del mismo lado. La chanza era esa; tocar ese tema. Aunque lo mismo pasa con algunos músicos, que no pueden meterse con determinados temas porque la compañía discográfica no los deja. Es todo un mundo complejo de intereses y presiones.
–¿Se consideran una banda de protesta?
–Creo que sí, aunque no deliberadamente. Los artistas que me conmueven, como Bob Dylan, andan con una guitarrita, se plantan y dicen algo. Me gusta también la música que está pensada solo como entretenimiento, pero lo que más me emociona es la que está relacionado al riesgo. También hay riesgos grosos que no están vinculados a decir algo vinculado a lo ideológico. No tiene que ser algo tan explícito como lo que hacemos nosotros. Hay gente que combate desde otras formas. Nosotros no tenemos tanta metáfora, somos más rústicos.
–Te gusta provocar.
–Sí. Pasa que se producen cosas a partir de la provocación. Tampoco estoy a favor de tirar un televisor por la ventana, como hecho artístico. Pero sí generar esas pequeñas batallas que se transforman en disparadores de otras situaciones. Hicimos un disco sobre la historia argentina y, como primera lectura, son canciones. Pero, detrás, hay todo un debate sobre las letras y la visión con la que nosotros vemos la historia. Hay como muchos niveles de lectura de lo mismo. Tenemos esa necesidad de molestar un poco. Je.
–¿Tenés miedo que la etiqueta los limite? ¿Que el público no vea las otras temáticas sobre las que hablan?
–Es difícil. Pero lo bueno es que con cada banda con la que hablás tiene que luchar contra alguna etiqueta. A los Cielo Razzo los acusaban de ser como Los Piojos. Cada uno lucha contra cosas que van más allá de lo que vos decidís. A nosotros nos toca esto y hay que hacerse cargo. Sería medio cobarde salir a decir que 'yo hablo también de otras cosas'. Pasa que cuando no conocés a un artista del todo, tratás de encasillarlo en algún lugar porque el cerebro así te lo pide. Pero cuando te empezás a meter más, encontrás más matices. El que no nos conoce, nos lleva rápido para ese lado. Antes me molestaba; ahora me parece que es lógico que el que te ve por primera vez busque una construcción de ese tipo.
–Tenés profundidad en las letras. ¿Sentís que una coherencia en relación a la profundidad musical?
–Ojalá que sí. Tenemos la mega suerte de que muchos músicos grosos, conocidos y no tanto, nos respetan musicalmente. Eso es halagador. Y me da una pauta que la música también tiene un fundamente serio. No es solo provocar; esto tiene una base porque no hay que olvidarse que esta es una banda que hace canciones. También es importante que si hay un solo de guitarra, esté bueno. Nos gusta tocar. Hay otras bandas que ponen el foco en la parte del espectáculo, del show. Nosotros estamos siempre pensando en cómo tocar mejor.
–Participaste de las últimas elecciones en una mesa de votación. Siempre ves al público desde un escenario, pero ahora viste a la gente desde otro lugar. ¿Qué te dejó esa experiencia?
–Fue increíble. Le tengo mucho recelo a los trámites y la burocracia. Le escapo a los formalismos, pero estuvo buenísimo. Fue suerte, me gustó ayudar a la gente, explicar a los que no entendían. También fue muy bueno ver lo que vota la gente en directo, hacer la planilla y mandar todo al correo. Y me llamó la atención ver cómo la gente votó a Unidad Ciudadana, a pesar de todo lo que fue recibiendo de parte de los medios, con los chabones esposados. La gente también va en contra de lo establecido. Eso es poderoso también.
Para ir
El show será esta noche, en Refugio Guernica (Tillard 115). Las entradas anticipadas se pueden adquirir en puntos de venta Edén, a 170 y 320 pesos.
A saber
Científicos al Palo está formada por Pepo San Martín (voz y guitarra), Seba Quintanilla (batería) y Popete Andere (bajo). Son de Mar del Plata y hacen rock con bases funk, reggae y ritmos folclóricos.