Por Gabriel Esbry.
La Policía de Córdoba comenzó a endurecer los controles sobre los sistemas de alarmas monitoreadas que protegen a cientos de miles de viviendas, comercios y empresas a lo largo y ancho de nuestra provincia. Según le explicó este martes a Día a Día la comisario inspector Marisel Martín, responsable de la División de Alarmas y Seguridad Bancaria de la Policía, a partir de ahora las empresas que presten servicios de alarmas monitoreadas por la Policía, y no estén habilitadas por la fuerza, serán multadas y clausuradas.
"Hemos detectado que muchas empresas comercializan sistemas que supuestamente cuentan con monitoreo policial, engañando a los ciudadanos y poniéndolos en riesgo", aseguró Martín, al tiempo que indicó que la nueva reglamentación en la materia busca proteger a los usuarios. La funcionaria policial explicó que esas empresas de alarmas no habilitadas no cumplen con los protocolos de instalación exigidos por ley, y que apenas si se limitan a llamar al 101 de la Policía –"como un vecino más"– cuando la alarma de un cliente advierte un evento sospechoso, sin realizar el seguimiento correspondiente.
Actualmente, hay 54 empresas de alarmas homologadas por Policía de Córdoba, mientras que otras 98 están en trámite de habilitación.
Además de cumplir con ciertos requisitos formales, sus titulares no pueden tener antecedentes penales. A partir de ahora, cuando la Policía detecte el accionar de una empresa "trucha", no sólo procederá a su cierre inmediato, sino que enviará las actuaciones correspondientes a la Justicia, a la Afip y a Rentas.
Incluso, según la nueva resolución policial, los clientes de esas empresas podrán ser multados si mantienen los servicios.
“Los usuarios tendrán 30 días para cambiar de empresa de alarmas, y luego de ese plazo podrán ser sancionados”, afirmó Martín.
La titular de la División de Alarmas y Seguridad Bancaria también adelantó que se está evaluando sancionar a quienes, por medio de una alarma “trucha”, requieran repetidamente del accionar policial, sin que haya un evento delictivo que lo amerite.