Por Natalia Lazzarini
Un repelente con clavo de olor, un antídoto contra los piojos con las cuatro plantas más comunes de la zona y un revestimiento para pisos hecho con tapitas plásticas de botella. Estos fueron algunos de los inventos que se mostraron este miércoles en la Feria Provincial de Ciencia y Tecnología que comenzó en La Falda y mostró las creaciones de 300 grupos de trabajo de escuelas de nivel inicial, primario y medio de Córdoba.
Mediante inventos, mediciones y exploraciones, los estudiantes pensaron soluciones a problemas cotidianos. Los desmontes, incendios y contaminación auditiva fueron problemas abordados en buena parte de los stands, que comenzaron a descubrirse a partir de las 14 en el anfiteatro de la ciudad serrana.
Por caso, los estudiantes del Ipem 312 de Ferreyra, en la ciudad de Córdoba, salieron a medir los derrames cloacales de distintos barrios ciudades y comprobaron una alta concentración de la bacteria escherichia coli, causante del síndrome urémico hemolítico.
Con distintas muestras en el agua, los alumnos del Ipet 313 Mirizzi comprobaron que el Canal Maestro Sur, a la altura de la escuela, tiene una alta concentración de bacterias coliformes fecales y proponen remediación. Continuando con el espíritu ecológico, los estudiantes también se preguntaron, en diferentes proyectos, por qué desaparecen los chañares en James Craik y cómo elaborar viviendas más sustentables. Trinidad y Clara, niñas de la primaria 25 de Mayo de Brinkmann, dieron cátedra sobre compost y reciclado de la basura.
Un colorido y ecológico piso surgió en Villa María, a partir de la recolección de tapitas de botellas.
“En el aula no teníamos piso. Creamos un revestimiento para pisos utilizando plástico de tapitas”, comentaba apasionado Lautaro Neira, del Ipet 49 Sarmiento. Quienes también recurrieron al calor, fueron los alumnos de la Escuela Superior de Totoral, que la rompieron con un motor de energía solar con materiales reciclados. Benjamín Valor y Wilson Suárez dieron cátedra sobre cómo generar electricidad con motores hechos de placas de computadoras viejas y latas de desodorante para baños.
Más hacia el norte, en Villa Rumipal, dos alumnas del Ipet 76 Gustavo Rieman presentaron un combustible eco-amigable derivado del aserrín. Y en la misma escuela, Agostina Arregui y Maico González presentaron en sociedad a Elipet, un repelente para mosquitos elaborado con aceite de clavo de olor. Si con tanto experimento el estómago queda revuelto, mejor no preocuparse porque, desde Arroyito, los estudiantes del Ipet 68 ofrecen una buscapina natural: saquitos de té con hojas de la planta serrana Plectranthus Neochilus. Y directo desde Cruz del Eje, Micaela Rys y Ángel Chiliento presentaron un antídoto contra los piojos con tres plantas de la zona: romero, jarilla, quebracho y paraíso.
Autos solares y escondidas. En una carpa especial, las escuelas técnicas de Córdoba demostraron que son capaces de crear genialidades. El vehículo solar del Ipet 250 volvió a lucirse con su impactante color rojo. Los alumnos del Ipet 58 de La Puerta diseñaron un motor controlado por bluetooth y, en barrio Santa Rosa de la ciudad de Córdoba, adolescentes del Ipem 149 Carbó mostraron en sociedad su gran experimento: un dispenser automático de alimentos para mascotas que permite liberar agua y comida al pichicho, a través del celular, cuando los dueños no están en casa.
Las ciencias sociales no se quedaron atrás. Estudiantes de Oliva demostraron por qué los niños se siguen divirtiendo con las escondidas y en la escuela Claudio César Juárez, por qué nos pasamos tantas horas con el celular. Un colegio adventista de Capital habló sobre "las hormonas de la felicidad" y el Cassaffousth demostró que el Estado debe regular el uso de la marihuana medicinal.
Más fuertes que nunca, los inventos siguen siendo protagonistas de las escuelas de Córdoba y sus estudiantes demuestran que son capaces de resolver los principales dilemas de la comunidad.