Aunque está más calmado tras un martes que nunca olvidará, Gonzalo Valles todavía no podía volver a su casa en el barrio Roma Norte de la Ciudad de México. El terremoto lo sorprendió junto a un amigo rosarino en casa de conocidos y en lo peor del remezón, ni siquiera pudieron salir a la calle.
"Se movía todo, como si estuviéramos en un juego mecánico. Quisimos salir pero fue imposible. Es una sensación muy desagradable", resumió el joven que fue a México para trabajar y hoy es mesero junto a otros argentinos.
"Recién este miércoles por la mañana volvió la señal de celular, el suministro eléctrico e Internet. Fue por eso que no pudimos comunicarnos con nuestras familias", indicó, en contacto con Vía Córdoba, el muchacho al que le costó tomar dimensión de la preocupación que generó en barrio Nueva Córdoba, en la capital provincial, donde vivía hasta no hace tanto con su familia. "Nos cuesta tomar real dimensión sobre cómo lo vivieron en Argentina pero entendemos la preocupación", sumó.
Lo que le queda por hacer a Gonzalo es intentar regresar este miércoles a su departamento. "Vamos a tratar de llegar, el barrio nuestro está muy perjudicado. En toda la zona hay edificios desplomados", sostuvo Valles.