Las nuevas restricciones ordenadas por el Gobierno de Córdoba no han caído bien en el Arzobispado, que ha emitido un comunicado para dejar en claro que no acompaña las medidas que restringen las celebraciones religiosas, a las que consideran "exageradas".
Con un comunicado difundido por el propio arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, la Iglesia ha hecho pública su decisión de no acompañar las nuevas restricciones a la movilidad social que se aplican desde el lunes último en seis departamentos de la Provincia.
En tal sentido, el jefe religioso consideró que "a lo largo de todo este difícil tiempo, hemos podido constatar que en nuestros templos católicos se han observado y se observan cuidadosamente los protocolos aprobados por la correspondiente autoridad", enfatizó.
"Ante la perspectiva de suspender las celebraciones litúrgicas, he recurrido a las autoridades provinciales manifestando mi malestar y mi propósito de no acompañar esas medidas, que estimo exageradas y que afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada", expresó Ñáñez sin rodeos.
Seguidamente, completó asegurando que "para una salud cuidada, todos los aspectos de nosotros mismos deben estar equilibrados. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en armonía unos con otros. No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual. Así nos lo enseña la buena ciencia, a lo que se agrega la experiencia de la situación que estamos padeciendo desde marzo", subrayó.
"Albergamos la esperanza que nuestra autoridades puedan comprender esta necesidad vital y posibilitar también la atención de la salud espiritual de los ciudadanos", concluye el documento.