Cuando alguien tiene y siente pasión por lo que hace, los sueños se mantienen siempre. Es el caso de Cintia Rojo quien, desde niña, anhela convertirse en profesional del fútbol, no es la excepción.
La Coker, como es conocida en el mundo del fútbol, tiene una trayectoria importante. Arrancó, como muchas chicas, jugando en un equipo con varones como el club Los Lagartos de barrio Juan B. Justo, donde creció. Luego de las primeras experiencias en el fútbol infantil dio el salto a Belgrano. Sus buenas actuaciones le valieron la convocatoria a las selecciones sub 17 de la Liga Cordobesa y a la selección argentina sub 20 donde jugó torneos sudamericanos. Luego pasó a Racing de Nueva Italia, a Sportivo Tirolesa y, en este 2020, estaba lista para jugar nuevamente en la Academia.
Con 28 años, la volante habló con Vía Córdoba y contó su historia. Desde que empezó a jugar al fútbol con varones a su actualidad. "No me costó adaptarme. Como lo hice de muy chica, no me costó tanto la adaptación en ese sentido. Pero sí me costó por el lado que era las más chica en un plantel que todas eran más grande que yo. Se podría decir la diferencia de edad. Hasta que una se va socializando y ganando confianza y terreno, jaja", recordó Cintia.
Con respecto a la evolución del futbol femenino, la jugadora albiceleste, un poco en broma y un poco en serio, desafió: "Nunca dejé de jugar con varones pero quizás antes sí veía esa diferencia. Hoy como está el fútbol femenino se puede jugar de igual a igual, jajaja".
Cuando se le pidió que haga su propio análisis del crecimiento del fútbol femenino en Córdoba, la futbolista se puso seria. "El fútbol femenino, por más palos que pongan en la rueda, va a seguir creciendo, por que obvio que es pasión. Y hoy tenemos varias ventajas que ayer. Primero, hay un grupo Futboleras Organizadas que pelea a la par de las jugadoras para que siga creciendo como lo viene haciendo el femenino. Segundo, cada vez somos más las que queremos jugar y nos apasiona este deporte. Tercero, hoy se tiene más apoyo tanto como de la familia como de los clubes", analizó Rojo.
Y cuando habla de la familia se le infla el pecho. Cintia ya no vive en el barrio donde creció en la ciudad de Córdoba. Ahora está afianzada con Florencia Murúa, su pareja, en Río Ceballos. "Ella es profe y ex jugadora de handball. Empleada de comercio y juega por hobbie al fútbol. Es mi pilar junto con mi familia". Y no se olvida de Claudio, su papá, de Silvia, su madre, de su hermana Romina y de Leandro, un sobrino hincha de Racing. Y agrega: "Esas son las personas que me bancan y me bancaron en toda mi trayectoria futbolística".
LA PANDEMIA Y UNA DURA REALIDAD. Además de jugar al fútbol, Cintia trabaja en el bar de le Clínica Vélez Sarsfield. Allí, la situación por la pandemia se sintió mucho. Ella misma lo explicó: "En mi trabajo impactó mucho. Imagínate que a una clínica nadie quiere ir por el temor de contagiarse. Así que cayó demasiado. Hacemos menos horas trabajamos día de por medio".
Con la cuarentena para la prevención del coronavirus, hubo un parate lógico en el fútbol. Y Cintia reflexionó: "Es difícil este proceso que se pasa con la cuarentena. Al principio estaba tranquila, pero a medida que pasa el tiempo uno va tomando más conciencia de lo que está sucediendo. y toma más precauciones y cuidados".
Pero estar lejos de las canchas es duro para quien ama el fútbol como la Coker Rojo. "Muchísimo extraño entrenar, jugar, estar en el club con mis compañeras. He jugado a la pelota desde chica y ya es parte de uno, la rutina. Ya casi que necesitás entrenar y estar en contacto con la pelota, así sea diez minutos pateando contra la pared. Asi que imagínate lo que extraño jugar", le contó la volante del equipo de Nueva Italia a Vía Córdoba.
JEFE Y DT AL MISMO TIEMPO. Walter Luna es quien está a cargo del bar de la Clínica Vélez Sarsfield donde trabaja Cintia. Con el tiempo, él mismo es director técnico del equipo femenino de Racing. Así que con Cintia Rojo comparte trabajo y equipo. Ella no lo ve como un problema: "Por suerte nunca se mezcló nada. Soy empleada en horario de trabajo y jugadora en el horario de entrenar. Cumple su rol en el trabajo y en plantel se lleva bien con todas las chicas".
SUEÑOS INTACTOS. A sus 28 años y con una respetable trayectoria en el fútbol, Cintia Rojo sigue soñando. "En mi caso que soy una amante del fútbol, jamás se me van las esperanzas. Mis sueños siguen ahí, latentes. ¿Que vivo otra realidad, que me toca trabajar y con otros planes a la par? Sí, es cierto. Pero no dejo de tener esa pequeña esperanza de que se me pueda dar"
Y enseguida renueva su mayor anhelo: "Estar viviendo de lo que uno le encanta hacer que es jugar al fútbol. Europa sería algo especial". Además, en el cierre, le dejó un mensaje a las chicas que quieren jugar al fútbol: "Siempre les trato de describir lo lindo que es el fútbol y que se animen a soñar por que en este presente del futbol femenino todo se puede lograr".