Por Gabriela Martín.
Sus trajes llenan de colores vibrantes los pasillos; sus miradas buscan la aprobación para poder "meterse" en ese espacio; sus creaciones llevan un mundo de fantasías a quienes están pasando un momento difícil en alguno de los distintos hospitales de la ciudad de Córdoba. Payamédicos Asociación Civil es una ONG que tiene como objetivo contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado. En Córdoba, unas 50 personas, contribuyen a esta tarea.
Dalma Álvarez Burgos es pampeana e Inés Caro Wilde, tucumana. Las dos son cordobesas por adopción y ambas están ligadas a la medicina. La primera es médica, residente de Otorrinolaringología del Sanatorio Allende; la segunda, estudiante de medicina. Tanto una como la otra comparten el rol de formadoras de Payamédicos en Córdoba.
"Un payamédico es un ser, una construcción, un devenir es un poco todo. Es cualquier persona mayor de 18 años que, con el secundario completo, se acercó e hizo una formación teórico-práctica y realiza intervenciones esceno terapéuticas sobre todo en contexto de internación. Pero también, de muchos otros tipos de intervenciones en distintos espacios, incluyendo la peatonal, la vida diaria", relata Inés a Tu Día.
Y se suma Dalma: "Cualquier persona que esté interesada puede venir y hacer el taller. No es necesario que esté ligada al ámbito de la salud. Mientras realiza el curso construye un ser; elige otro nombre y un apellido asociado a nombres de enzimas, proteínas o partes del cuerpo y cada vez que se pone la nariz naranja transforma la realidad en fantasía".
La técnica
La entidad fue fundada en el año 2002 por el doctor José Pellucchi y llegó a la provincia de Córdoba en 2011. Muchas de las personas que se acercan llegan queriendo dar amor a los niños o buscando devolver lo que la vida les dio. En algunos casos, ellos o alguien de su entorno estuvo en hospitales.
El objetivo es contribuir a la salud emocional del paciente hospitalizado y para ello, las intervenciones se realizan desde el abordaje de la técnica del payaso teatral. Claro, siempre adaptándola al ámbito hospitalario con una ética, estética y deontología propia.
“Hablamos de binomio fantástico, dos conceptos que desde el punto de vista real no se asocian el uno con el otro y que en el sistema nervioso central emotivo resuenan y dan gracia (el uso de un nombre real acompañado de un apellido que responde a algún aspecto de la ciencia, por ejemplo). Esto se respeta en toda la construcción del vestuario, de la técnica, el nombre y eso es lo que muchas veces genera humor”, cuenta Dalma.
La técnica utilizada es perfectamente adaptable a cualquier edad. Las dos formadoras afirman que payamédicos es aplicable desde cero a 100 años. "Y con la expectativa de vida que tenemos en la actualidad, más todavía. Podríamos decir que aplica desde cero a infinito", explica sonriente Inés.
Y agrega: “En el caso de los niños, apostamos más al juego; menos diálogo desde la palabra, pero mucho desde lo gestual. Con el adulto, la conexión es primero desde la palabra. Trabajamos siempre con la habilitación y el permiso del otro, siempre hay un contacto visual primero. Y también sabemos comprender cuando una persona no quiere participar. Cuando alguien te dice ‘hoy no quiero, en este momento quiero ver y no, jugar’”.
El vestuario
En cada intervención, las únicas partes del cuerpo que quedan al descubierto son rostro y manos y el vestuario no es un dato menor. "En el atuendo no usamos negro, blanco, gris, marrones o colores oscuros como violetas o azules. El rojo tampoco porque representa sangre. Hace unos años atrás usábamos una nariz roja y era como llevar el color de la sangre en la cara. Ese fue el motivo por el que se cambio al naranja. Da más luz, es mas lindo", relata Dalma.
Y agrega Inés: “Tratamos de usar colores brillantes, con telas que lleven luminosidad. Nuestro escenario es lo que llevamos puesto, nuestra escenografía andante. El ingreso de colores vibrantes al hospi indica que algo cambió y tiene un efecto inmediato”.
Mirá también: Vínculos sostenibles para el cuidado del medio ambiente
Cada una de esas participaciones busca generar un estado optimista del paciente y su entorno y que se pueda mantener en el tiempo. "Está comprobado que esta técnica crea espacios en el que el paciente libera. Pero además, mejora la unión entre el paciente y el equipo de salud", afirma la médica.
Y cierra Inés: “Es mucho más lo que yo me llevo de paya a mi vida habitual que lo que de mí pueda aportarle a payamédicos. Esto ayuda al manejo de relaciones personales y a la vida de cada uno. El contacto con la mirada, el poder conectarme y decir estoy acá con vos, sentado, es muy fuerte”.
La formación
Durante el año se dictan talleres de payateatralidad. Cada taller consta de 12 encuentros, de dos horas cada uno. Los días de cursado son los sábados, en el horario de 16 a 18. El próximo (el tercero de 2017) dará comienzo el sábado 2 de septiembre, en la sede de Fuerza Creativa Multiespacio (Rivera Indarte 113).
Para participar no hace falta experiencia previa en teatro, pero sí ganas de jugar y aprender una técnica que podrá ser de utilidad para la vida cotidiana. Información e inscripciones en Facebook o a los correos electrónicos payamedicoscordoba@gmail.com o inespayamedicos@gmail.com.
Podés conocer más sobre su obra en Instagram o en el sitio web www.payamedicos.org.
Mirá también: Manos abiertas: 25 años junto a personas solas
Payavisitas
En la actualidad, en Córdoba, funcionan cuatro dispositivos (se les llama así a los distintos lugares a los que asisten semanalmente los grupos de Payamédicos).
» Los miércoles por la tarde, Hospital Infantil de Alta Córdoba.
» Viernes a la tarde, Hospital de Niños de la Santísima Trinidad (Bajada Pucará).
» Sábados a la mañana, Hospital Nacional de Clínicas (barrio Alberdi). El único centro para adultos en el que intervienen.
» Jueves a la mañana, intervenciones en la peatonal de los Payacalles (con la finalidad de ayudar a bajar el estrés con el que se vive y transitar por las calles con otra energía).
Payaguau
Hace un tiempo se planteó el abordaje del perro que sufría estrés. Se intentó un acercamiento entre la nariz del payamédico y el perro, cuando se generó el vínculo se lo empezó a llevar a los hospitales. Hoy hay distintos centros a los que acuden el perro, su adiestrador y el payamédico (que ya se conoce con el animal). Lo mismo sucede con el payaballo. A los niños que realizan equinoterapia se suma el payamédico al equipo.