Cuando esta nota periodística se publica, en Japón ya es martes 28 de julio, porque la diferencia con el país del sol naciente es de 12 horas. Así que Sacha Fenestraz ya celebra su cumpleaños. El que marca su mayoría de edad.
El piloto nacido en Francia y que se crió en la provincia de Córdoba (donde a los 3 años arrancó en Karting, con licencia de la Federación Regional local) sigue siendo protagonista de una notable campaña en Asia. En este 2020 y como piloto oficial de Toyota, continúa haciendo su mejor esfuerzo para seguir progresando cada día, siempre con su meta de poder llegar a correr en Fórmula 1.
"Para mí, es muy especial cumplir mis 21 años acá en Japón, donde la gente es tan amable, tan afectuosa y me recibió tan bien, después de mis años en el automovilismo europeo", nos cuenta desde Oriente, en una pausa entre una rutina de entrenamiento físico y una nueva lección de japonés. Sí, del idioma que quiso aprender para comunicarse -en el más amplio sentido de la palabra- todavía mejor, tanto con su equipo como con el público, con sus fans.
DE EUROPA A JAPÓN. Después de una exitosa trayectoria en el Viejo Mundo, donde fue subcampeón de la Fórmula 4 Francesa (2015 y como mejor debutante) y monarca de la Copa Europea de Fórmula Renault (2017), Sacha emigró hacia el automovilismo japonés. Pero, no sin antes subir al podio en la edición de 2018 del tan prestigioso como tradicional Gran Premio de Macao de Fórmula 3 -denominada Europea en ese momento- de la FIA (Federación Internacional del Automóvil).
Aquella temporada, junto con el equipo Carlin, forjó una noble amistad con el británico Lando Norris, quien llegaría poco tiempo después a correr en Fórmula 1 con McLaren. Recientemente, Sacha saludó efusivamente a su amigo en Twitter, cuando éste fue tercero en Austria, en la primera de la máxima categoría. Ambos tienen al mismo manager actualmente. "Me alegro tanto por él. Está demostrando su enorme talento. Es además una gran persona", expresa.
Pero volvamos a 2018. Aquel año, Sacha vivió una serie de altibajos. Estos tuvieron que ver con el contraste entre lo auspicioso que resultaba ser miembro de la Academia Renault de F1, con el hecho de no contar con un auto competitivo la mayor parte del calendario de la F3. Como para poder justamente reflejar aquella valiosa inclusión en la escuela de élite del Rombo a través de los resultados. Lo presionaron, sin que tuviera un buen medio mecánico.
Al final de ese 2018 y en uno de los más duros golpes que Sacha tuvo que afrontar hasta hoy en su prolífera carrera deportiva, quedó desafectado de la ingrata Academia. "La verdad es que fue algo por lo que no quisiera volver a pasar", nos confiesa. "En su momento, me costó; pero también fue una experiencia que me hizo más fuerte", advierte, con su calidad de persona y deportista, que lejos de quejarse, hechar culpas o identificar causas de aquel trago amargo, decidió mirar para adelante. Y, lo que es fundamental, aprovechar la experiencia ganada ese tiempo.
"Para mí, fue de todas formas una etapa rica en aprendizaje; con Renault, pude incluso estar en el ambiente de la F1, probar sus autos y trabajar mucho con simuladores. No hablaría nunca mal de ellos. Incluso, quiero destacar que Renault Argentina me apoyó mucho en su momento".
Lo que vendría después seguramente hizo cuestionarse a más de uno en la casa francesa. Porque, recobrando impulso y una vez que resolvió instalarse en Japón, Fenestraz se lució en la Fórmula 3 de ese país, logrando la corona en 2019, en el primer año de participación en la categoría.
Fue una temporada de ensueño, dominando con contundencia la mayoría de las carreras, desenvolviéndose incluso "a lo Senna", bajo la común lluvia del territorio oriental, mientras avanzaba también en el Súper GT, dentro de la Clase GT300. Sacha levantó la copa de campeón de la Fórmula 3 Japonesa con 20 años: ciertamente, con todo por delante, con sus chances intactas de llegar a la Fórmula 1.
A continuación, alcanzaría una nueva y muy importante meta: competir como piloto oficial de una fábrica. Como decía Fangio, "el destino es mitad mérito propio y mitad circunstancias"; y de lo que de él dependiera, Sacha iba a seguir haciendo todo lo posible...
CON TOYOTA, MEJORANDO PARA MÁS. Un lugar en el equipo Tom´s (el que ocupaba el local Kazuki Nakajima, ahora abocado al Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) con la marca, fue una circunstancia más que positiva para Sacha, que así y a principios de este año pasó a formar parte de Toyota Gazoo Racing para correr con el nuevo GR Supra en la clase mayor del Súper GT. "Convertirme en un piloto oficial fue un paso muy importante para mí. Y el desafío de subir a la GT500 me gustó muchísimo", reconoció.
Después de que la pandemia de Covid-19 retrasara el inicio del torneo, finalmente se corrió la primera fecha. Y Sacha volvió a lucirse; esta vez, debutando en un auto de potencia mayor, confirmando su adaptación a la categoría y en el medio del tráfico de carrera, en el que ahora los más chicos GT300 podían complicarlo en cualquier momento.
Fue en el mismo ritmo de Naoki Yamamoto, piloto de Honda, a quien el franco argentino superó finalmente al volante del Toyota blanco y naranja que lleva el número 36. Un notable complemento de su compañero, Yuhi Sekiguchi, hizo que el coche cruzara la bandera a cuadros en el segundo lugar.
"Un GT500 es un coche bastante potente, indócil, nervioso, difícil de llevar. Es un auténtico fórmula carrozado", comenta. Y eso que Sacha probó incluso un aparentemente indómito coche del DTM tiempo atrás. "Es más difícil de llevar que un DTM", asegura.
"Encima, cuando la goma todavía no tiene buena temperatura, es más difícil pilotearlo. El tráfico fue todo un tema; tenía que ser cauto y a la vez tratar de no perder terreno. Haber tenido un buen debut en la categoría me puso muy contento. Por Toyota, por el equipo Tom´s, por mi compañero Yuhi, y por mi propio proceso de crecimiento como piloto", sintetiza. Con la modestia y alegría de siempre.
Desde el último fin de semana de agosto, sucederá otra instancia relevante para Fenestraz, cuando abra el campeonato de Súper Fórmula, una evolución de la Fórmula 3 Japonesa, en la que recordamos fue campeón el año pasado. También defenderá el prestigio de Toyota, junto al equipo Kondo Racing, que ya conoce bien (fue su escuadra en 2019, en la clase GT300 del Súper GT).
"Me siento muy bien en Japón. Fue, indudablemente, una alternativa muy buena para continuar mi carrera deportiva, siempre con el objetivo de intentar llegar a la Fórmula 1", reafirma Sacha.
Como decía Cachito Vigil, el entrenador de la camada de oro de las Leonas: "Un deportista no tiene obligación de alcanzar la meta que se propone, pero sí de hacer todo lo posible por lograrlo, que es distinto". Y Sacha Fenestraz, a sus 21 años, mayor de edad, mayor de talento, lo está intentando. Y con todo.