Una estudiante universitaria de 24 años fue asaltada y brutalmente golpeada anoche cuando volvía a su casa en barrio San Felipe, en el sureste de la ciudad de Córdoba.
Ángela Zenteno denunció lo ocurrido en las redes sociales y también ante una comisión policial que fue a su casa una vez que regresó del Hospital de Urgencias y del Sanatorio Allende, donde pasó al menos cinco horas por las tomografías debido a los golpes en el cuerpo y la cabeza, y la cara desfigurada.
Los asaltantes -según ella, eran tres en un Peugeot 206 gris con vidrios polarizados- le robaron pertenencias excepto el celular, que lo tenía oculto entre la ropa.
"Comparto lo que acabo de vivir, me quisieron llevar, meterme en el auto. Estoy en el Urgencias, me hicieron puntos, tengo la cara con cortes e hinchada de los golpes. Me robaron la cartera con los libros de la Facultad, como no les di el celular me cortaron, salí corriendo y me metí en una casa. Cuiden a sus hijas, somos mujeres y nos están matando", posteó Ángela en su Facebook.
Este diario se contactó con ella para conocer qué pasó. Ángela estaba en reposo, recuperándose de las heridas y del miedo por lo que le tocó vivir a las 22.50 de ayer cuando bajó del colectivo 83 a una cuadra de su casa.
Este es su relato: "Salí de trabajar en el call center, me fui a la Facultad y después a entrenar. A eso de las 22 tomé el colectivo a mi casa. A veces espero a mi mamá para volvernos juntas, pero ella estaba trabajando y volví un poco antes.
"Bajé en la parada siguiente a mi casa, en calle Pedro de Arana. No estaba oscuro. Empecé a caminar y de golpe veo a un Peugeot 207 gris, con vidrios polarizados, que frena rápido adonde estaba yo. Por el modo que frenó, pensé que había tenido un problema en una rueda o algo así.
"Eran tres, pero al conductor no lo pude ver. Bajó un tipo morrudo, con remera negra y jean, medio petizo, y se me tiró encima, me agarró fuerte y me arrastró para el lado del auto, pero yo empecé a los gritos y me resistí y caímos los dos al suelo.
"El tipo empezó a golpearme, no sé con qué pero era algo pesado, como una tenaza o un hierro, me pegaba en la cabeza, en el cuerpo, yo me resistía. En eso bajó una mujer, era medio grandota, y agarró mi cartera y el bolso con mi ropa de entrenamiento y los metió en el auto. Después se acercó de nuevo a ver qué más podían sacarme, al celular lo tenía escondido.
"El tipo me seguía pegando como para matarme, en el cuerpo, en la cara, yo me defendía como podía, forcejeamos y pude pararme y salir corriendo. El tipo me gritó '¡andate que te pego un tiro!'. Corrí para el lado de mi casa, salió un vecino y me metí en la suya. Tenía el buzo lleno de sangre, estaba desfigurada, muy mal. Llamé a mi mamá y nos fuimos al Hospital de Urgencias".
Según Ángela, en el camino se cruzaron con un patrullero y frenaron para contarles. Después del Urgencias fueron al Sanatorio Allende, donde le pusieron calmantes y le recetaron antibióticos. Volvió a su casa en la madrugada de este miércoles, y poco después policías tocaron el timbre para tomarle declaración.
Antes de irse, le pidieron que cuando se recupere vaya personalmente a ratificar la denuncia en la comisaría.
"Estoy esperando para recuperarme un poco. Casi no pude dormir, estoy muy dolorida, con puntos y la cara moretoneada. Los médicos me dieron reposo. Todavía no caigo de que me haya pasado esto", se lamentó la joven.