En una entrevista concedida a TyC Sports el pasado sábado, Alberto Fernández abordó el tema de cómo debería ser el fútbol argentino post pandemia.
En varios puntos, el Presidente de la Nación coincide con lo medular en la propuesta que presentó Talleres en mayo pasado, y que todavía espera por una respuesta oficial de AFA, señales favarables para su aplicación, o al menos, el inicio de un debate.
El Presidente remarcó que el Estado no interviene en la organización del fúrtbol, pero sí expresó que nota la "improvisación".
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"Un día suben la cantidad de equipos, en otro suprimen los descensos. Habían creado la Superliga, ahora no existe más. Uno no entiende nada de lo que están haciendo con el fútbol".
La cantidad de equipos, el proyecto de llevar el torneo de Primera a 30 participantes, motivó que Andrés Fassi ofreciera un pormenorizado análisis, dejando en claro por qué sería deficitario retomar ese esquema.
Fue elevada a los presidentes de los clubes y a las autoridades de AFA y la nueva Liga Profesional, por ahora sin respuestas concretas de parte del la cúpula del fútbol argentino.
Además de la cruzada en contra del torneo de 30 equipos y de la eliminación de los descensos, Fassi planteó generar recursos genuinos y factibles, a través de los derechos de televisación.
"Un nuevo salto de calidad con un enfoque moderno, equitativo, sustentable, solidario, competitivo y federal", postula esta propuesta.
Y contempla una inmediata renegociación para incrementar en un 30 ó 40 por ciento los actuales ingresos por televisación; expandir el negocio para llevar los partidos del fútbol argentino a mercados internacionales (unos 120 países, como potenciales clientes; y una distribución más ventajosa para los clubes de parte de la AFA, como se da en Brasil, Chile y México.
Sin mencionar la diferencia sideral con lo que ocurre con las ligas de puntas en Europa, con España al tope.
El escrito, que Talleres expuso el día en que Claudio Tapia fue reelegido al frente de AFA, no encontró eco todavía. Lo que causa extrañeza porque en la propuesta aparecen soluciones a mano y viables, para una conducción del fútbol argentino en la que no abundan las ideas innovadoras. O más lastimosamente todavía, no se evidencia la intención de cambiar el rumbo.