Un fatal accidente generó la indignación e ira de vecinos del límite entre San Luis y Córdoba que decidieron derribar las barricadas que levantó el gobierno puntano desde que comenzó la cuarentena.
Todo ocurrió el sábado por la mañana luego de un fatal accidente protagonizado por Mario Javier Cortes (41). El hombre, oriundo de la localidad cordobesa de San Pedro, se encontraba viviendo en Merlo desde hace 12 años donde trabajaba en un supermercado.
Según declaró su hermano, el hombre se dirigió hasta el límite de la provincia de San Luis porque llevó a una amiga que iba a cruzar a Córdoba. En el momento en que decidió emprender el regreso el auto se averió y no le arrancaba. Al parecer Cortés quiso empujar el auto y terminó aplastado contra la barricada.
Esto produjo la ira de los vecinos que el sábado por la mañana decidieron, con picos y palas, derribar estas montañas de tierra que el gobierno puntano decidió levantar para limitar la circulación entre provincias, hasta en los caminos vecinales. Hacia los dos lados hay "zona blanca".
"Los vecinos enardecidos fueron con picos y palas al límite y decidieron romperlo. Parece que ante la situación, la Policía tuvo la orden de no actuar. Hay mucho malestar", indicó el médico Raúl Urquiza a La Voz.
Justamente el profesional de la salud es uno de los vecinos de la zona fronteriza que desde abril viene bregando por una flexibilización, y propone un registro controlado de cada vecino que necesite cruzar.
"Somos más de 700 los de este lado que tenemos domicilio en Merlo, y hace 70 días que no podemos cruzar a trabajar", agregó otra mujer a ese medio. Su vecino, Luis Agüero, remarcó: "Esta situación ha hecho que los cordobeses de este lado deban andar como delincuentes, ocultándose para conseguir medicamentos o comida, o para hacer un trámite bancario. Es lamentable".
Otro caso. Osvaldo Oyarzún (52) vivía en el paraje Cruz de Caña, a 12 kilómetros de Merlo, que tiene un hospital de mediana complejidad. El 26 de abril sufrió un ACV. Como su familia sabía que no podría cruzar la ciudad puntana, lo trasladaron a Villa Dolores, situada a casi 50 kilómetros del lugar. Llegó sin vida.