Lo que dicen es lo que quieren decir. Lo que cuentan es lo que quieren contar. Lo que anhelan, comparten o destacan, también. Las protagonistas de esta nota son ellas: sus palabras. “Una vez, un cliente, un señor, me dijo cuando me acercaba caminando en el concesionario a atenderlo: ‘Te veía venir y te imaginaba en bikini…´ Por supuesto, que fue incómodo”, dice Stefi, que trabaja como recepcionista en postventa dentro de un concesionario de la ciudad de Córdoba.
“Pero más incómodo –continúa- es cada vez que atiendo por teléfono y la persona, sea hombre o mujer, quiera que le pase sí o sí con un hombre porque su auto tiene una falla; o cuando entra alguien y en vez de acercarse primero a mí, que soy la recepcionista y estoy capacitada para atenderlo, me evada y busque un hombre, que está en un puesto al que yo debo derivar, siempre y cuando sea necesario. Insisto, esto me pasa tanto con hombres como con mujeres, eh”.
Ahora, habla María Soledad Bereciartua, hoy gerente de Prensa y Relaciones Públicas del Grupo PSA Argentina (marcas Peugeot, Citroën y DS). “Comencé en la industria de autos como periodista; hace 20 años, era la única mujer entonces. Así que cuando una marca me invitaba a la presentación de un coche en algún lugar, era un viaje de 40 hombres y yo, la única mujer. No era incluida. Y si me incluían era porque se hacían los simpáticos. No los juzgo; estoy contando cómo era. Eso está cambiando; hoy, serán 10 las mujeres en un viaje así. Aunque siguen siendo una minoría, ¿no?”.
Georgina, como Stefi, también trabaja en un concesionario cordobés, del mismo grupo pero de otra marca. Y tiene exactamente la misma función que su compañera. “Hubo una época dorada –aclara que no se refiere necesariamente a porque se producían más ventas o servicios de postventa-, en que tenía un jefe, una gran persona, que lograba que nosotros trabajáramos con gran entusiasmo y con la camiseta puesta, incluso mucho más allá de nuestro horario”.
Sigue Georgina: “Esto último, lo de seguir trabajando fuera de mi horario, en mi caso por supuesto era mi decisión, pero porque realmente lo sentía y quería hacerlo. Entiendo que él, en ese momento, tenía todas las herramientas para poder dirigirnos como lo hacía. Y nosotros teníamos también todas las herramientas para eso. Estoy segura de que es de alguien inteligente, sea hombre o mujer, esmerarse en ser un buen jefe, porque naturalmente obtenés lo mejor de tus personas a cargo”.
Soledad, una de las cuatro mujeres que comandan en la actualidad y dentro del Grupo PSA Argentina la iniciativa que busca que haya más diversidad de género en los puestos de liderazgo, comenta: “La industria automotriz es muy masculina. Hoy, en Argentina, se trabaja mucho para elevar a la mujer. Pero no por llevarla al poder como un capricho. Sino porque en estos tiempos la persona que compra un auto o un producto de cualquier industria es fundamentalmente una mujer. En el 100 por ciento de decisión de la compra de un coche, el 60 corresponde a la influencia de una mujer, que hace mucho dejó de opinar solo sobre el color. El otro 40, tiene que ver con el uso propio”.
Diversidad de género en la industria, en los concesionarios. "La diversidad de género tiene que poder lograr con el tiempo que en los directorios siempre haya una mujer. Y no solo hombres, por más que en la industria automotriz estén acostumbrados a que tradicionalmente haya varones", continúa Soledad.
“Empieza a ser hora de que en una empresa, sea una fábrica o un concesionario, a la persona se la contrate no por ser hombre o mujer, sino por su talento. Que no importe si esa persona tiene hijos o si es soltera o soltero o por su nacionalidad. Hasta debería poder distorsionarse la voz de una entrevista laboral para que no se supiera el género del interesado en el puesto de trabajo”, expresa Soledad, que quiere destacar que el mejor jefe que tuvo hasta hoy fue una mujer: "Valentina Solari. Si hablo de su liderazgo en el trabajo en equipo y, sobre todo, de su generosidad, se me llenan los ojos de lágrimas", confiesa.
Mi propia elección "¿Qué auto elijo? Uno que sea grande, que me permita llevar tranquilamente a mi perro, Lican, y las cosas que siempre llevamos la mujeres; una muda de ropa, etc. Y fundamentalmente, un coche que no se rompa, que no sea frágil mecánicamente, que sea confiable. Sobre todo, para mí que no le doy mucha bola a los autos. Que prefiero ese tiempo para mí". La que dijo lo que quería decir es Georgina.
“Me gustan los autos más bien chicos, fáciles de maniobrar y sobre todo, ¡de estacionar!”, comparte Stefi. “En mi caso, el auto que elijo yo suele ser el familiar, el de tipo SUV (sigla en inglés de Sport Utility Vehicle) o camionetita. Y el que elige mi marido es uno más bien chico, en función de su necesidad diaria de ir y venir a su trabajo por lugares de mucho tránsito; y obviamente, también por el estacionamiento en la ciudad, que siempre es complicado, ¿no?”
8 de marzo, Día de la Mujer. "Me gusta que exista. Que sea, de alguna manera, una distinción para nosotras esta fecha", dice Georgina. "Comparto totalmente que se conmemore la fecha; no me gustaría que dejáramos de tenerla. Por ninguna razón", sostiene Stefi. Por su parte, Soledad, expresa: "Por suerte, vamos cambiando el sentido de la celebración del Día de la Mujer, en el que nuestras parejas, por ejemplo, nos regalan una flor, un chocolate o una remerita, y empezamos a celebrar más por el derecho de la mujer en la sociedad en general".