Qué es el síndrome de Tourette

El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico poco conocido que en las últimas semanas cobró protagonismo tras el estreno de una serie de televisión. De qué se trata. 

Qué es el síndrome de Tourette
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El Síndrome de Tourette es un trastorno neuropsiquiátrico descripto por primera vez en 1885 por el neurólogo Gilles de la Tourette. Se trata de una patología neurológica que se caracteriza por la aparición de tics, movimientos corporales o vocalizaciones involuntarias que se producen repetidamente de la misma manera.

Si bien esta enfermedad es poco frecuente y conocida, en los últimos días se visibilizó aún más tras el estreno de Las Estrellas, una serie de televisión (en Córdoba se ve por El Doce) en la que una de sus protagonistas padece este síndrome.

Al respecto, algunos pacientes no ven con buenos ojos la interpretación del personaje, incluso desde la Asociación Argentina para el Síndrome de Tourette cuestionan que se haga tanto hincapié en la coprolalia (tendencia patológica a proferir obscenidades), acaso la manifestación menos frecuente de la enfermedad.

Aunque no hay estadísticas certeras, se estima que el Tourette en Argentina afecta entre el 0,3 y el 0,9 por ciento de los chicos en edad escolar. La Asociación tiene casi 18 mil seguidores en su página de la red social Facebook.

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Posted by Asociación Argentina para el Síndrome de Tourette on Thursday, May 25, 2017

La enfermedad es generalmente detectada en la infancia. Con el tiempo, es posible que mejore o desaparezca al llegar a la adultez, aunque los tics pueden persistir o exacerbarse. Afecta a personas de todos los grupos étnicos, aunque los varones se ven afectados con una frecuencia entre tres o cuatro veces mayor que las mujeres.

Los movimientos involuntarios pueden generar dificultades a nivel social y en las relaciones interpersonales de quienes lo padecen. "Si bien el paciente puede, por momentos, controlar algunos síntomas, se requiere de mucha voluntad y atención para lograrlo", asegura el neurólogo Ramón Carlos Leiguarda.

Diego Ballesteros, especialista en Enfermedad de Parkinson y Movimientos Anormales, remarca que la mayoría de estos casos se asocia a alguna comorbilidad psiquiátrica, como trastorno obsesivo compulsivo, déficit de atención e hiperactividad, ansiedad o depresión.

Los tics van y vienen en el tiempo y varían en el tipo, frecuencia, ubicación y severidad. Los primeros síntomas generalmente aparecen en la cabeza y el cuello y pueden progresar hasta incluir los músculos del tronco y las extremidades. Los tics motores generalmente preceden el desarrollo de los tics vocales.

"La mayoría de los pacientes presentan la máxima severidad durante los primeros años de adolescencia. Cerca del 10 por ciento de los afectados presenta un cuadro progresivo o incapacitante que persiste hasta la mayoría de edad", aclara Claudio Waisburg, neurólogo infantil y director del instituto Soma.

Aunque la causa del síndrome de Tourette es desconocida, las investigaciones actuales revelan la existencia de anormalidades en ciertas regiones del cerebro, incluyendo los ganglios basales, lóbulos frontales y corteza cerebral. Dada su presentación frecuentemente compleja, la causa del trastorno seguramente es igualmente compleja.

Los especialistas subrayan que este es un trastorno neuropsiquiátrico que requiere la atención de un neurólogo, de un psiquiatra y de un psicólogo. Muchas personas creen erróneamente que no se trata de una enfermedad o que reviste a una patología psicológica.

Síntomas

Los tics se clasifican como simples o complejos. Los simples son movimientos repentinos, breves y repetitivos en los cuales están involucrados un número limitado de grupos musculares.

Parpadeo, gestos visuales, muecas faciales, movimiento de hombros o la cabeza.

Vocalizaciones sencillas, como carraspera, olfatear o hacer gruñidos.

Los complejos son patrones de movimientos específicos que abarcan varios grupos musculares.

Muecas faciales combinadas con torcedura de la cabeza y encogimiento de hombros.

Manoseo de objetos, saltar, agacharse o retorcer o doblar el cuerpo.

Los tics vocales aún más complejos incluyen el emitir palabras o frases.

Los más dramáticos y que producen mayor discapacidad incluyen movimientos motores automutilantes, coprolalia (decir obscenidades) o ecolalia (repetir palabras o frases de otras personas).

Los síntomas empeoran cuando la persona está excitada o padece de ansiedad.

Tratamiento

Ante la presencia de tics simples o complejos, o la sospecha de Síndrome de Tourette, consultar a un médico neurólogo.

El tratamiento debe ser multidisciplinario, incluir un neurólogo o un neuropediatra, un psiquiatra y un psicólogo.

Existen varios fármacos para controlar los tics, así como también las comorbilidades psiquiátricas que existen en estos pacientes.

También son efectivas algunas terapias, como la psicoterapia.

El tratamiento debe adecuarse a cada paciente.

Los pacientes con tics focales pueden beneficiarse con la aplicación de toxina botulínica en el área corporal afectada.

En casos severos y refractarios a la medicación, la cirugía de estimulación profunda cerebral es una opción.

En el caso de los niños, es importante educar al entorno en el manejo diario del síndrome.

No es igual

Los tics empeoran en situaciones de estrés, cansancio o ansiedad, y varían en cuanto a severidad y frecuencia.

Frecuente

Es muy frecuente que las personas con este síndrome tengan alguna manifestación de la conducta o del comportamiento asociadas, como trastornos obsesivos compulsivos, déficit atencional, depresión o trastornos de ansiedad.