Un Instituto con fuerte presencia local y un marcado ADN de la Agustina, en su plantel y cuerpo técnico, cerró su preparación con una derrota frente a Güemes de Santiago. Y sin ganar en la extensa pretemporada.
El DT César Zabala apuesta fuerte en su continuidad en el banco Albirrojo, y le puso su impronta a una plantilla con numerosos juveniles y productos propios.
Por convicción, y también por lo cuesta arriba que se le volvió a la Subcomisión de fútbol conseguir los refuerzos apuntados. Sobre todo, el tan necesario delantero de área para llenar el vacío que deja Pablo Vegetti.
En ese contexto, Instituto afrontó una serie de encuentros preparatorios que se inició con la caída a manos de Talleres, y tuvo su último eslabón en el 3-2 aante Güemes, equipo del Federal A.
En todas sus presentaciones el equipo no logró mantener el cero en el arco propio (salvó el empate del remanente con Atenas en Río Cuarto). Y dejó en evidencia que perdió mucho poder de fuego en el área de enfrente.
Después de mucho probar, y aún con la esperanza de que llegue un necesario refuerzo para la ofensiva, Zabala ya ideo la formación titular. Muy similar a la que arrancó ante los santiagueños y que terminó con 10 por la expulsión de Nicolás Watson.
No hay mucho más, ni tampo tiempo para cambiar demasiado la cara. La fuerte personalidad del técnico plantó una semilla con una saludable propuesta de fútbol vertical, que tenía que germinar en el receso.
El sábado, en la visita a Villa Dálmine para el puntapié inicial del torneo, deberán asomar los primeros brotes verdes.