La obra "Eran 5 hermanos y ella no era muy santa" abrió oficialmente el viernes por la noche en el Teatro Independencia la edición número 32 de la Fiesta Nacional del Teatro en la provincia de Mendoza, en una ceremonia comenzada de modo informal por la presencia de Ernesto "el Flaco" Suárez y Gladys Ravalle, dos referentes de la escena cuyana.
La Fiesta, que se realiza por segunda vez en la provincia, es organizada por el Instituto Nacional del Teatro y auspiciada por la Secretaría de Cultura provincial, el Ministerio de Cultura de la Nación y el Municipio de Godoy Cruz, seguirá hasta el domingo 28 En la ocasión no hubo discurso de apertura y el público entró en calor rápidamente con la pieza de Miguel Iriarte a cargo de la Comedia Cordobesa, armada por David Picotto sobre la base del cuarteto, esa forma musical que con su ritmo y sus códigos caracteriza a la provincia mediterránea.
Picotto había sorprendido en ocasiones anteriores con una deliciosa reversión de "Las tres hermanas", de Antón Chéjov, y otra titulada "Payasos en familia", en la que un grupo de clowns asumía los personajes de "En familia", de Florencio Sánchez, en una puesta singular cuyo escenario en forma de pista circense se dividía en dos para que el espectador ubicado de un lado viera una parte de la acción y oyera la otra, situación que se revertía para el espectador de enfrente.
La pieza parte de un transitado melodrama en el que una sufrida madre debe explicar a sus cinco hijos de distintos padres, tres varones y dos mujeres, las razones de esa situación, pero antes la platea se enfrenta a una larga, muy larga, enumeración sobre las conductas de esas personas, que incluye un hijo gay, otro mujeriego y machista, una tartamuda, una frustrada y un sobreprotegido, entre otras características.
El problema es que el asunto suena muy viejo al buscar permanentemente el humor, sobre todo en la primera parte, porque además de presenciar un permanente ejercicio del Edipo, el espectador se topa con chistes de dudoso gusto acerca de la homosexualidad, el oportunismo femenino, la religiosidad popular, la moral de las clases humildes y otros tópicos cercanos al radioteatro de los años 50. Aunque para el público la cosa funciona -la pieza es un éxito en Córdoba- y las carcajadas ante comportamientos y formas de actuación extremas no se hacen esperar y la pegadiza música ofrece oportunidad en varias ocasiones para hacer palmas, un particular ejercicio que cunde en ciertas formas de espectáculo. Previo a esa apertura formal, el espectáculo "120 kilos de jazz" se ofreció al aire libre en la céntrica Plaza Independencia a un público de todas las edades que desafió la baja temperatura que se apoderó de la tarde mendocina para contar las peripecias amorosas de un individuo al que las mujeres y la música le son esquivos.
Armado por el polifacético César Brie, un trashumante argentino que vivió y actuó en Bolivia y en Italia, capaz de mostrar avasallantes versiones de Fiodor Dostoievski y la mitología griega como una íntima confesión de vida, el espectáculo a cargo de la Comedia Municipal de la Ciudad de Mendoza Cristóbal Arnold tiene mucho de clown y mucho de buena música y en el quinteto de intérpretes, el megalómano Víctor Di Nasso obtiene un fácil lucimiento.