“Se acercan las recepciones y es un momento importante en la vida de todo egresado. Nos han donado algunos vestidos y queremos ponerlos a disposición de las chicas que los necesiten”, explicó Laura Reibel, voluntaria de la organización “Sin torta no hay cumple” en Colón.
La propuesta, difundida a través de un video en redes sociales, busca acompañar a las jóvenes que se preparan para su fiesta de egreso en un contexto económico difícil. La iniciativa consiste en prestar vestidos de fiesta donados por la comunidad, para que ninguna estudiante se quede sin celebrar por no poder comprar uno.
Actualmente, la organización cuenta con unos 30 vestidos disponibles y ya recibió algunas reservas. La convocatoria está abierta también para egresadas de localidades vecinas, siempre que puedan acercarse a Colón para retirar el vestido.
Como gesto de agradecimiento, las chicas que deseen pueden colaborar en el merendero que sostiene la organización, aunque no es un requisito obligatorio.
Para solicitar el préstamo o realizar donaciones, se puede contactar al número 3455 49-4344, a través de Instagram (@sintortanohaycumple.colon) o comunicándose con alguno de los integrantes del grupo.
Una red solidaria que crece
“Sin torta no hay cumple” es una organización con alcance nacional que nació en Lanús, provincia de Buenos Aires, cuando un pastelero comenzó a preparar tortas para festejar cumpleaños de niños de un merendero. Con el tiempo, la iniciativa se multiplicó en distintas localidades del país, llegando a Colón en 2019.
En un principio, el grupo se dedicaba exclusivamente a organizar cumpleaños, pero con la llegada de la pandemia amplió su tarea comunitaria. “Teníamos mucha mercadería y comenzamos a llevar la merienda una vez por semana, casa por casa, a niños de merenderos y hogares para que pudieran compartir con sus familias”, relató Reibel.
Más tarde, instalaron un merendero en el barrio San Gabriel, primero al aire libre y luego en la sede barrial que les fue prestada. Allí se reúnen cada semana y celebran los cumpleaños de los chicos del barrio. Además, una vez al mes visitan el Hogar de Niños y el Hogar de Niñas para compartir actividades y festejos.
A lo largo de estos años, la organización también ha hecho posible alrededor de diez fiestas de 15 años, con la colaboración de vecinos y emprendedores locales. “Conseguimos un salón y la gente nos dona la comida. Priorizamos el gusto de cada chica en la decoración, los colores y la ceremonia. Una modista confecciona el vestido, se las maquilla, se las peina, e invitan a sus compañeros, amigos y familiares”, contó la voluntaria.
Con cada acción, “Sin torta no hay cumple” refuerza su compromiso solidario y demuestra que la empatía y la unión comunitaria pueden transformar momentos difíciles en recuerdos inolvidables.